--Ha sido librero, bombero, cocinero, conserje, peón, director de hotel... no parecen profesiones muy ligadas a la filosofía...

--Entiendo la filosofía como un saber de a pie, que puede practicar cualquiera. Estoy lejos de los filósofos que pretenden explicar los principios de todo como sistema y aún más de los que pretenden que el mundo funcione de acuerdo con su modelo. Me interesa la filosofía como una ciencia práctica que esta alrededor de cualquier actividad.

--Después de todas esas vueltas ha acabado en Extremadura, ¿cómo fue eso?

--Estoy enamorado de una donostiarra de padres extremeños, de Esparragosa de la Serena, y desde el pasado noviembre vivimos entre Mallorca y Extremadura. Pero no es un destino es una elección. Me gusta Extremadura, me encanta, conjuga lo moderno con la sabiduría de las filosofías griega y romana mejor que ninguna otra región del mundo.

--¿No cree que deporte y filosofía es una mezcla un tanto rara?

--La filosofía y el deporte comparten origen. En la Grecia arcaica los juegos formaban parte de los rituales que se celebraban en honor de los dioses para conmemorar algún acontecimiento. El deporte y la filosofía nacen de este sustrato mítico que constituyen las explicaciones del Cosmos griego.

--¿Cómo es la conexión entre la mitología, la filosofía de la Antigua Grecia, y el tenis que práctica el mejor tenista español?

--Un partido de tenis es una tregua en la vida cotidiana, somos transportados, de forma mágica, hacia un momento mítico en el que dos hombres solos representan un combate ideal, empuñando la raqueta para defenderse como si fuera un escudo y para atacar a su adversario con la fuerza de una lanza y la pericia de un tirador de espada. El partido se celebra fuera del tiempo y del espacio del mundo de lo real. Nos sugiere el combate que en la Grecia de La Ilíada protagonizan el mejor hombre de cada ejército cuando se interrumpe la caótica batalla y es sustituida por un nuevo orden, es el turno de los héroes, ellos decidirán la victoria final y luchando por su inmortalidad ahorrarán sufrimiento y muerte a sus hombres. Rafael Nadal busca más allá de la estética del tenis, su forma de jugar es heroica, combina el valor, la fuerza y la rapidez de Aquiles con la astucia y la prudencia de Ulises. Para Nadal el tenis es un destino que lo convierte en un jugador colosal que capta la esencia del juego.

--En el libro hablan de educación en valores, capacidad de esfuerzo o autoexigencia como las claves del éxito de Nadal. ¿No son valores demasiado escasos en la juventud de hoy?

--No creo que la juventud tenga menos valores hoy que ayer, pero no son educados para conseguir sus objetivos con el esfuerzo. Los padres creen que el fracaso es un problema de los educadores y los educadores creen que es culpa de los padres y además se sienten víctimas. Y las víctimas del problema son los niños, que no han participado en el diseño del mundo en el que viven, ni en la aprobación del sistema de educación que les hace fracasar. Una parte del problema es que hay pocos profesores que elijan su trabajo por vocación.