"Todos cometemos errores. Nadie es perfecto y menos yo. Pero creo que los errores de pluma se tienen que corregir con la pluma"1. Con ésta y otras frases, Mohamed Kamal Mustafá pidió ayer perdón por la interpretación que hizo del Corán al escribir La mujer en el islam, el libro por el que fue condenado.

En el libro, el imán de Fuengirola explicaba detalladamente cómo pegar a las mujeres sin dejar huella. Para ello, recomendaba usar una vara "fina". Además, pedía que no se golpearan las partes sensibles del cuerpo, como el pecho, la cara o el vientre e insistía en que tampoco se deben dar palizas en una situación de "furia exacerbada". Según insistió el religioso, todo fue una equivocación a la hora de traducir el Corán.

Pasar página

Kamal Mustafá convocó ayer una rueda de prensa en la que, además de pedir perdón, reclamó "pasar página". Como declaración de intenciones, una enorme pancarta con el lema El peor hombre es aquel que pega a la mujer presidía la entrada a la mezquita. El religioso compareció ante los periodistas acompañado en todo momento por su esposa, su hija y mujeres de la comunidad islámica Suhail.

Tras pasar su primera noche en casa después de 22 días en la cárcel, "que han sido para mí como 22 años", dijo que siempre ha respetado "a las mujeres y la igualdad absoluta". "Nunca he aceptado el maltrato, ni contra la mujer ni contra nadie", repitió en un precario castellano. "Cualquier persona con un poco de inteligencia tiene que corregir sus errores y aprender de ellos", reflexionó.

El imán, que horas antes aseguró "sentirse como San Juan de la Cruz" (el poeta perseguido por la Inquisición), volvió a achacar la polémica a la confusión a la hora de traducir una palabra concreta del Corán, y aseguró que, en próximos libros, se asesorará por un traductor de español para evitar interpretaciones equivocadas.

Sobre su estancia en la cárcel, aseguró que "la prisión es una cosa muy dolorosa". También dijo que su libertad era "el mejor regalo que le podía hacer a mi familia". De hecho, no dejó de abrazar a su mujer durante la comparecencia.