Los estadounidenses se están quedando sin amigos. Es más: el 25% de ellos no tiene a nadie en quien confiar, según refleja un estudio de las universidades de Arizona y Duke publicado en la revista de la Asociación Americana de Sociología. El estudio describe las relaciones sociales como "cada vez más concentradas en el núcleo familiar" y compara datos de 1985, cuando los americanos confiaban sus asuntos más importantes a tres personas, con los del 2004, cuando este número cayó a dos. Uno de cada cuatro encuestados afirmó no tener ningún confidente.

¿Conclusión? Los estadounidenses sin amigos son hoy más del doble que hace 20 años. "Las cifras demuestran que están más solos y que sus lazos se centran más en la familia", afirma Lynn Smith-Lovin, profesora de Sociología de Duke University y una de las autoras del informe. "Este cambio no es positivo para nuestra sociedad porque las relaciones con gente cercana crean seguridad, generan compromiso cívico y favorecen las movilizaciones políticas".

Así que hoy los ciudadanos de la primera potencia mundial, con casi 300 millones de habitantes, tienen menos que hablar con sus vecinos que en el pasado. Un fenómeno popularmente conocido como bowling alone (jugando solo a los bolos, en referencia al pasatiempo preferido del americano medio) desde que Robert D. Putnam escribió el libro del mismo título en el 2000. Las causas de estos cambios en familias y comunidades tienen que ver con que sus miembros pasan más tiempo trabajando, enganchados al iPod o frente al ordenador y la televisión.

El estudio pone de manifiesto que esta tendencia, esta "epidemia de soledad en América" como ya la han bautizado algunos sociólogos, es más aguda entre los afroamericanos y aquellos con menor nivel de educación. "Los más desfavorecidos son los que menos se relacionan", asegura Smith-Lovin.

Pero también han comprobado que hay menos diferencias raciales en este sentido: el porcentaje de gente que cuenta con al menos un amigo íntimo de otra raza se ha incrementado del 9% al 15%.