TEts difícil en estos tiempos saber dónde está la solución, qué es bueno y qué es malo, descubrir las trampas escondidas. Surgen dudas al enfrentarnos a remedios que en escenarios normales rechazaríamos de plano. Para paliar el paro se nos plantean recetas que chocan con nuestros criterios. "Esto no es así". Una frase con la que, en más ocasiones de las que recuerdo, he expresado mi objeción ante situaciones que creía inaceptables por injustas. Ahora estoy confundida con esto de los mini-trabajos. Ni tan siquiera sé como escribirlo. Todo junto, separado, o con un guión entre las dos palabras. Opto por esta última forma. Prefiero hacerlo así para darle la impronta de algo transitorio, provisional; una expresión compuesta por dos vocablos que nunca deberían ir unidos. Si los junto parecería que acepto la lógica de una relación laboral que considero anómala, sería darle carta de naturaleza, y no quiero hacerlo. Minitrabajo. Tecleo en el diccionario de la Real Academia. No aparece. Esto me reafirma en la idea del guión. Unión temporal de dos palabras cuyos significados veo incompatibles, pero el guión también da cuenta del desconcierto es que estoy sumida. La unión contra natura, transmite la idea de un subsidio a cambio de trabajo. ¿Es esta una solución para tiempos de emergencia? Me parece una fórmula tramposa que acabaría echando del mercado a los que tienen un contrato normalizado. Cuando quisiéramos darnos cuenta la mayoría de la gente tendría este tipo de relación laboral. Trabajarían horas y horas a cambio de un salario por debajo del mínimo legal y de la engañosa promesa del futuro acceso a un contrato mejor.

No me gusta tal y como está planteado. Sería preciso tapar los agujeros por los que podrían colarse los listos, y en este país hay muchos.