Dos publicaciones semanales que cuentan con más de un siglo de existencia, la británica Nature y la estadounidense Science , dedicadas a divulgar los hallazgos científicos entre una audiencia que incluye no solo a expertos sino también a iniciados en la temática, fueron distinguidas ayer con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades del 2007.

El acta del jurado destaca su papel como "canal de comunicación solvente" del que se sirve la comunidad científica para dar a conocer trascendentales hallazgos, "tras el filtro de una irreprochable y minuciosa selección", precisa. Su candidatura se impuso a las de la agencia Magnum Photo y la BBC.

Junto al rigor, el jurado valoró "la claridad expositiva" con la que vienen presentándose "las teorías y conocimientos más elevados", algo que las ha convertido en herramientas indispensables de trabajo para el periodismo especializado. Y recuerdan que desde hace un siglo propagan "las grandes conquistas científicas de la humanidad".

LOS MERITOS Entre sus méritos se apunta que sus contribuciones son decisivas para el desarrollo de disciplinas como el electromagnetismo, la relatividad, la teoría cuántica, la genética, la bioquímica o la astronomía.

Science , que llega a más de un millón de lectores a través de su edición impresa o digital, pasa por ser la revista de pago con mayor tirada mundial. Su prestigio se basa en su independencia y los controles de calidad a los que son sometidos los artículos publicados.

Nature ha de seleccionar todos los años de entre unos 10.000 trabajos procedentes de los distintos ámbitos de las ciencias naturales cuáles tienen cabida en sus páginas. Imprime 62.000 copias de cada ejemplar, pero su portal de internet recibe tres millones de visitas mensuales.

El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Carlos Martínez, subrayó ayer que se trata de las dos revistas en las que todos los investigadores "aspiran a publicar". "Son las de mayor visibilidad internacional", agregó.

Cada uno a su manera, sus responsables destacaron la influencia de la investigación científica --y de su divulgación-- en el desarrollo del mundo. Para Donald Kennedy, director de Science , "la comunicación científica objetiva, de gran autoridad y sin fronteras, es imprescindible para la prosperidad mundial, pues la ciencia y la tecnología, cada vez más esenciales, están también, sin embargo, cada vez más politizadas en ciertas regiones".

Philip Campbell, de Nature , recibió la noticia como un reconocimiento al "valor y el impacto que la investigación científica tiene en la cultura actual". Ambos se declararon sorprendidos: "Encantado y honrado", dijo Kennedy y Campbell lo calificó de "honor maravilloso".