Un paseo turístico en barco por el río Volga en la república rusa de Tatarstán terminó ayer en la peor tragedia de la historia de la navegación fluvial en Rusia. El barco Bulgaria, con 188 personas a bordo, naufragó en plena marcha a las 13.58, hora de Moscú (11.58 en España) cerca de la localidad de Siukeevo, a 700 kilómetros al este de Moscú.

Al recibir la señal de socorro, los barcos que estaban cerca se dirigieron al lugar del siniestro, donde solo hallaron 78 supervivientes que se mantenían a flote y un cadáver. Al cierre de esta edición se desconocía la suerte de las otras 109 personas que se encontraban a bordo.

Los rescatados por otro crucero llegaron por la noche a la ciudad de Kazán, capital de Tatarstán, donde les esperaba una multitud de familiares, amigos, médicos, policías y periodistas. Según los primeros testimonios, el barco se hundió entre una fuerte tormenta a tres kilómetros de la orilla, donde la profundidad supera los 20 metros.

Debido a su antigüedad --fue construido en los años 50- el Bulgaria, que no tenía compartimientos estancos, se hundió en pocos minutos, sorprendiendo a muchos pasajeros en sus camarotes. Los equipos de rescate temen que la mayoría de desaparecidos no consiguieran abandonar el barco a tiempo.

"Cuando llegamos vimos mucha gente desnuda y manchada con gasoil. No había ni rastro del barco hundido", escribió en su blog un pasajero del crucero Arabella, que recogió a los supervivientes. Según la portavoz del Ministerio de Emergencias en Moscú, Irina Andrianova, había 188 personas a bordo: 148 turistas, 22 tripulantes, 12 empleados del personal de servicio y cuatro guías. Entre los pasajeros, muchas familias con niños, ya que se trataba de un viaje de fin de semana. Construido en 1955, su velocidad máxima era de 22 kilómetros por hora. Estaba alquilado por una compañía privada que organiza cruceros por el río Volga.