El olvidado Mercurio, el más pequeño de los planetas del sistema solar, recibió ayer la primera visita de una sonda en 30 años, exactamente desde el 16 de marzo de 1975. Tras un curvilíneo viaje de más 7.600 millones de kilómetros en tres años, la nave estadounidense Messenger comenzará en los próximos días a transmitir información que, según espera la NASA, ayudará a conocer un poco mejor no solo el planeta --del que nunca se ha visto un hemisferio--, sino el proceso de formación de todo el sistema. El primer encuentro estaba previsto para anoche, aunque no se espera la más mínima señal hasta 22 horas después.

Messenger es una nave pequeña, pues apenas pesa 400 kilos, pero se han puesto muchas esperanzas en ella. Durante la primera maniobra de acercamiento --habrá dos más, en el 2008 y el 2009, antes de la inserción definitiva en órbita--, debía emplear sus baterías para frenar hasta llegar a situarse a 200 kilómetros de la superficie, lo que le iba a permitir fotografiarla con cierta precisión.

HABRA SORPRESAS La nave captará durante su vida útil 1.300 imágenes, según la previsión de la NASA, que serán las primeras observaciones directas desde la visita del Mariner 10 en 1975. "Creo que vamos a tener sorpresas", opina la científica Faith Vilas. "Esta es la primera parte de la exploración --dice Alan Stern, uno de los directores de la misión--.

La nave deberá aprovechar los momentos de sombra y una visera de protección que lleva para avanzar, puesto que está previsto que la temperatura mirando al Sol llegue a los 300 grados centígrados. "Las imágenes tendrán varios filtros en colores distintos, de manera que comenzaremos a tener una idea acerca de la composición de su superficie", afirma Sean Solomon, científico de la Institución Carnegie.

Otro de los intereses es la cuenca Caloris, un cráter de 1.300 kilómetros de diámetro creado supuestamente por el impacto de un asteroide. Una vez concluidas las tres aproximaciones, Messenger entrará en el 2011 en una órbita permanente en torno al planeta por un año.