Aunque se encuentran en horas bajas desde que EEUU admitió la evidencia del calentamiento global y el IPCC --el grupo de expertos de la ONU-- atribuyó de forma "casi incontestable" el cambio climático a la mano del hombre, los grupos que niegan este fenómeno permanecen inasequibles al desaliento. Muchos de ellos han estado estos días en la conferencia de Bali, tratando sin ningún éxito de que se otorgue cierto crédito a sus variopintas teorías negacionistas.

Hay en la cumbre escépticos de varios tipos. Unos niegan la mayor: "El calentamiento global no existe", dicen. Otros admiten que la temperatura está subiendo, pero que eso solo reportará beneficios para el planeta. E incluso existen algunos que sostienen la rocambolesca teoría de que lo que ocurre, en realidad, es que la Tierra se encamina a una nueva Edad de Hielo.

Sin embargo, todos, acreditados como organizaciones gubernamentales, bombardean a los periodistas con correos electrónicos que recogen declaraciones, anuncian convocatorias y distribuyen coloridos mapas y gráficos en los que se vendría a demostrar, bajo supuestas evidencias científicas, que aquí no pasa nada, que eso del cambio climático es un completo bulo, por muchas veces que Yvo de Boer, el máximo portavoz de la ONU en esta XIII conferencia, los contradiga por medio de este jugoso símil: "Negar el calentamiento global es como decir que la Tierra es plana".

El astrónomo David Whitehouse, por ejemplo, mantiene que el fenómeno se debe a determinadas "manchas oscuras de turbulencias magnéticas en la superficie del Sol", pero que la actividad del astro se encuentra en franca disminución; tanto, que en el 2020 la temperatura media terrestre habrá descendido alrededor de un grado y medio. Por su parte, el ingeniero y líder de la llamada Coalición de Ciencia del Clima Internacional, Bryan Leyland, prefiere mirar al pasado en lugar de al cielo para refutar la versión oficial. "Hay pruebas convincentes de que el periodo romano y la era medieval fueron épocas más cálidas que ahora y ambas épocas trajeron prosperidad y desarrollo para las civilizaciones avanzadas --asegura--. Lo que estamos viendo es un cambio de clima natural. Bali, por lo tanto, supone una pérdida de esfuerzo y de dinero".

Mientras, las delegaciones, la ONU y periodistas siguen estos días a lo suyo, ajenos a las múltiples especulaciones de los grupos negacionistas. Como dijo ayer en Cindy Baxter, activista de Greenpeace, "ya nadie los toma en serio".