La nieve y el frío provocaron ayer en toda España un caos mayor del esperado. El temporal dejó aislados a más de 200 pueblos y obligó a cortar más de 100 tramos de carreteras, a cerrar 16 puertos de montaña y a usar cadenas en otros 52. Los aeropuertos de Vitoria, León, Eivissa y San Sebastián, fueron cerrados durante toda la mañana. Los problemas en el tráfico áereo obligaron a anular 60 vuelos y retrasaron más de un centenar. Extremadura y Canarias fueron las únicas comunidades autónomas que estuvieron en alerta por el temporal.

Además de la nieve y las placas de hielo, los fuertes vientos fueron determinantes, según fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). También se produjeron retrasos en las líneas de ferrocarril de Asturias, Cantabria, León y el País Vasco, ya que obligaron a los trenes a reducir la velocidad.

ALERTA GENERAL

Las inclemencias llegaron al punto de que la Dirección General de Protección Civil extendió la alerta a todas las comunidades autónomas, excepto Canarias y Extremadura, y la Dirección General de Tráfico (DGT) recomendó no circular en todo o en parte del territorio de 15 provincias. Cantabria quedó incomunicada con Castilla y León por carretera y ferrocarril, informa Luis Miguel Rodríguez.

El temporal, acompañado de un viento de 100 kilómetros por hora, también sorprendió a la Comunidad Valenciana. Los puertos de D¨nia (Alicante) y Gandía (Valencia) fueron cerrados. Además, cinco carreteras requirieron el uso de cadenas.

La nieve acumulada en las carreteras y calles de algunas ciudades afectó a un millar de rutas del transporte escolar y dejó sin clase a más de 20.000 alumnos, fundamentalmente en Castilla y León y Castilla-La Mancha. También se registraron cortes en el suministro eléctrico en estas dos comunidades, en Valencia y en Aragón, que afectaron a más de 20.000 viviendas. Las compañías Iberdrola y Unión Fenosa atribuyeron los apagones a "averías imprevisibles".

El temporal acentuó también un incendio forestal en Santa Cristina d´Aro, en Cataluña. La proximidad de las llamas obligó a evacuar a unas 400 personas de seis urbanizaciones de esta población y de Sant Feliu de Guíxols.

Treinta dotaciones de los bomberos trataron durante horas de apagar el fuego que, según los primeros cálculos de los agentes rurales, podría haber arrasado más de 300 hectáreas de bosque. A las diez de la noche, 70 bomberos seguían trabajando sin que las llamas remitiesen.

Dos de los bomberos que colaboraban en las tareas de extinción resultaron heridos leves y un camión del mismo cuerpo también quedó afectado por el incendio.

VIENTO HURACANADO

Las ráfagas de viento huracanado que se registraron en el Baix Ebre y el Montsi , superiores a los 100 kilómetros por hora, también dificultaron la extinción de un incendio que quemó ocho hectáreas de vegetación en Tivissa. El vendaval causó daños, asimismo, en la ciudad de Lleida, donde un vecino resultó herido al desprenderse una cornisa ornamental del Palacio de la Diputación. En Berga cayeron dos grúas de la construcción.