Una fuerte tormenta de viento y nieve azotó el noreste de Estados Unidos y colocó en situación de emergencia a cuatro estados, dejando un balance provisional de cuatro muertos y más de 700.000 hogares y negocios sin energía eléctrica, principalmente en el estado de Massachusetts.

La tormenta, bautizada con el nombre de Nemo , con rachas de viento que superaron en algunas zonas los 130 kilómetros por hora, cubrió con un espeso manto blanco ciudades como Nueva York o Boston. El fuerte temporal, que dio sus primeros coletazos el viernes, empezó a perder fuerza a lo largo del día de ayer.

"Sin duda, hemos pasado lo peor de la tormenta en Nueva York", afirmó ayer su alcalde, Michael Bloomberg, lo que permitió que los tres aeropuertos de la ciudad empezaran a operar poco a poco, tras haber cancelado miles de vuelos.

Nieve acumulada

En el momento más crítico, el volumen de nieve acumulada en Central Park fue de 30 centímetros. El transporte urbano funcionaba ayer por la tarde casi con plena normalidad en la ciudad, no así los trenes de cercanías y las líneas de autobuses de largo recorrido. Nemo ha llegado a Nueva York tres meses después del devastador huracán Sandy , que pasó por la ciudad el pasado 29 de octubre.

En las primeras 48 horas de la tormenta se acumularon 96 centímetros de nieve en Milford (Connecticut), 81 en Gorham (Maine) y 55 en el centro histórico de Boston, la mayor ciudad de Massachusetts. "Esta es una tormenta de grandes proporciones", advirtió el alcalde de Boston, Thomas Menino. "No salgan a la calle. Quédense en casa", pidió a la población. "Tenemos todavía mucho trabajo que hacer, pero hasta el momento hemos resistido bien la tormenta". El aeropuerto de Boston permanecía cerrado.

Las autoridades movilizaron a fuerzas de la Guardia Nacional para evacuar a gente atrapada en sus casas sin calefacción por no tener suministro eléctrico. Anticipándose a la tormenta, los ciudadanos de los estados afectados hicieron colas en supermercados y tiendas de abastecimiento para comprar comida, linternas, baterías y sal.

Entre los fallecidos como consecuencia del temporal, que ha afectado a más de 40 millones de personas, hay un hombre de 74 años que fue atropellado por una joven tras perder el control de su vehículo en el estado de Nueva York, y un vecino de Nuevo Hampshire, que murió tras chocar el coche que conducía con un árbol.

Nemo es fruto de la colisión de dos frentes: uno desde Chicago y el otro que ha tomado fuerza en Carolina de Norte.