El parricidio ocurrido en la localidad alicantina de Denia ha coincidido con los últimos días en los que el niño, de cuatro años, iba a estar con su padre, ya que, según fuentes próximas al entorno familiar, la madre tenía previsto trasladar al pequeño a Barcelona, ciudad en la que esta reside.

Las citadas fuentes han explicado a EFE que el pequeño disfrutaba de sus últimos días de residencia en Denia, junto a su padre, quien "posiblemente no ha soportado el hecho de no poder ver a su hijo diariamente".

Cuando la convivencia se rompió entre los padres -ambos habían iniciado un proceso de divorcio-, la madre, de nacionalidad rusa, se marchó a Barcelona a trabajar, mientras que el padre permaneció en Denia residiendo junto al pequeño.

Al parecer, según las mismas fuentes, la madre tiene la custodia del pequeño, pero la pareja decidió que el niño se quedara inicialmente con el padre para "no interrumpir la vida cotidiana y el proceso escolar" del pequeño en el municipio alicantino.

Por otra parte, los padres del parricida han precisado asistencia médica tras conocer lo sucedido, según han informado las mencionadas fuentes.

El suceso se ha producido esta pasada noche en una vivienda de la avenida Miguel Hernández, en el centro urbano de Denia, en la que residía el padre, de 35 años, y su hijo.

Por causas aún no aclaradas, el hombre ha disparado contra su hijo y, posteriormente, se ha suicidado.

Los cadáveres fueron encontrados por una de las dos hermanas del ahora fallecido, después de que esta, que fue quien alertó a los servicios de emergencia, decidiera acudir a la vivienda y entrar a la misma.