Pediatras y psicólogos advierten de que los niños, al igual que los adultos, son también víctimas del famoso síndrome postvacacional que se manifiesta en estados de nerviosismo y ansiedad cuando les toca volver al colegio. Afortunadamente, en tan sólo dos semanas los pequeños se readaptan a su vida en las aulas después de las vacaciones de verano, pero es necesario individualizar este proceso porque para algunos resulta mucho más difícil hacerse con la nueva situación.

Así lo ha indicado el doctor Antonio Redondo, de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, quien ha hecho hincapié en que los padres deben tener estos días especial paciencia y tranquilidad con sus hijos, "sin exigirles mucho y ofrecerles un poco de margen de tiempo para recuperar el ritmo".

El experto ha aconsejado poner en marcha un cambio importante en los horarios -comidas, estudio, hora de acostarse y levantarse, entre otros-, antes de que llegue el día de la escolarización. Una buena estrategia es acostarlos cada día un poco antes para que se levanten por la mañana con tiempo para desayunar y duerman lo necesario para rendir durante el día tras los desajustes del periodo estival, en el que suelen irse a la cama mucho más tarde.

En esta línea, los pediatras recomiendan ir preparando a los niños para la vuelta a su rutina, trasmitiéndoles una impresión positiva de lo que representa ir al colegio, el reencuentro con compañeros, nuevas materias y profesores, estreno de mochilas, libros, lápices o accesorios deportivos. Antes de la vuelta a clase consideran que es conveniente acordar en casa los horarios de estudio, respetando el silencio y favoreciendo un entorno tranquilo, y tratando de evitar la televisión y los vídeo-juegos.

El psicólogo Bernabé Tierno ha comentado que es fundamental que los menores tomen contacto con los libros del curso que van a empezar antes de que el profesor comience el ritmo normal de las clases e, incluso, que lleven preparado el primer tema.

Durante las primeras semanas es importante organizar la programación de las actividades extraescolares, ya que los especialistas observan que hay que hacer un uso responsable de este esfuerzo extra en idiomas, deporte o informática. Los niños, alertan los expertos, necesitan también de tiempo para descansar y para jugar, por lo que no es conveniente sobrecargarles de obligaciones.

Uno de los aspectos primordiales durante la etapa escolar es la buena comunicación que debe existir entre padres e hijos, porque será la base para poder conocer sus capacidades, ilusiones, habilidades y expectativas en esta nueva etapa. De este modo, en opinión del psicólogo, los hijos se sentirán arropados y serán capaces de enfrentarse a las dificultades que se les puedan presentar, potenciando así su autoestima.

El diálogo entre padres y profesores es otro elemento primordial desde comienzos de curso, a juicio de los consultados, ya que los primeros tienen que encontrar en los segundos "grandes colaboradores" en la educación de los menores "Diplomacia, interés y complicidad" entre progenitores y docentes pueden consolidar ciertos valores de la vida cotidiana o determinados hábitos en los pequeños como la higiene, la disciplina, el respeto, el orden, la tolerancia o aprender a compartir.

La relevancia de una correcta alimentación para afrontar el nuevo curso es otro factor a tener en cuenta por los padres, según ha recordado el especialista en nutrición Giuseppe Rusolillo. El experto, miembro del Foro Interalimentario, ha subrayado que la alimentación juega un papel determinante en edades escolares y adolescentes, ya que además de condicionar el estado de salud, fundamental para el rendimiento académico, afecta al crecimiento.

Los escolares deben tener una dieta lo más variada y equilibrada posible, repartida preferentemente a lo largo de cinco comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Rusolillo ha recordado que a lo largo de estas ingestas se deben complementar los nutrientes necesarios, para así conseguir el equilibrio energético de los pequeños y prevenir la obesidad.