El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, no esperó a la inauguración de la Cumbre del Clima de Madrid para disparar contra la inacción de los principales países emisores de gases de efecto invernadero. En la rueda de prensa convocada el día antes de la apertura, acusó a ambas potencias de «falta de voluntad política» para detener la «guerra contra el planeta» porque las tecnologías para hacerlo están disponibles».

«Estamos en el hoyo y cavando. Dentro de poco será tarde para parar», añadió, tras recordar lo urgente que es actuar porque «la crisis climática no es un horizonte lejano. Se nos está echando encima».

Madrid ha de ser «más ambiciosa contra el cambio climático» porque la crisis climática es «evidente». «Necesitamos bajar las emisiones de dióxido de carbono para evitar la catástrofe», sostuvo.

Estas fueron solo algunas de las rotundas frases con las que abrió el fuego de la cumbre y que a buen seguro no dudará en reiterar durante la ceremonia de apertura de hoy.

También se refirió al único tema que será objeto de negociación concreta durante la cumbre, la creación de un mercado de carbono que sirva para poner un precio mundial a cada tonelada emitida de CO2. Es la única regla de aplicación del Acuerdo de París que no pudo ser aprobada en la cumbre del año pasado por falta de consenso. Se considera un instrumento muy importante para que los países reduzcan emisiones pero podría ser contraproducente si se diseña de modo que el precio esté por los suelos. Antes que sellar un mal acuerdo, la UE, impulsora de la propuesta, prefiere dejarla sobre la mesa.

Guterres no quiso ayer ni entrar a considerar la posibilidad de que la cuestión no quede cerrada. «No concibo que no haya acuerdo. Estamos aquí para hacerlo y no para encontrar disculpas», zanjó tajante.

LA TRANSICIÓN JUSTA / Otra de las cuestiones que ya se han integrado en el discurso de las cumbres y así lo recordó Guterres, es la necesidad de que las personas y territorios afectados por la transición a una economía sin combustibles fósiles. No solo es cuestión de justicia sino de evitar que la lucha por el clima levante protestas como las de los chalecos amarillos. Es la transición justa que la ministra española para Transición Ecológica, Teresa Ribera, llevó por vez primera el año pasado a la Cumbre de Katowice (Polonia). Ribera ha adelantado que España lanzará propuestas en este terreno durante la conferencia. El Gobierno español ha aprobado ya una estrategia para la Transición Justa y negocia con Europa fondos comunitarios de compensación a las áreas afectadas por el cierre de las minas y las térmicas de carbón.

La ministra española era ya un punto de referencia en las cumbres del clima a las lleva asistiendo desde el año 2001 pero al liderar con éxito el traslado de la cumbre de Chile a Madrid en solo cuatro semanas se ha multiplicado su capacidad de influencia. Mientras Guterres daba su primera rueda de prensa, los operarios instalaban los últimos paneles para que hoy esté todo listo.

El plan español de Energía y Clima para el horizonte 2030 es el más avanzado de Europa y van en la línea de los objetivos marcados por París, según ha reconocido la Comisión. Aunque la presidencia de la cumbre y la ordenación de las negociaciones le corresponde a Chile, el papel de España no será el de mero proveedor del lugar para llevarla a cabo.