--¿Qué es lo primero que tenemos que aprender?

--Que la protección animal no acaba con el perro y el gato, animales de compañía; es el pensamiento al que tienen todos los ciudadanos. Ese es el primer paso, es cierto, pero lo que tenemos que entender es que hay graves y muy importantes problemas de bienestar animal como consecuencia de nuestros actos cotidianos. Pienso ahora en la forma cruenta de cría, transporte y sacrificio de animales de granja.

--Eso puede entenderse como un canto a lo vegetariano.

--Ni mucho menos, no quiero decir eso. Esa es otra historia; pero es cierto que muchos piensan que los que estamos en esta lucha somos unos frikis . Nada más lejos de la realidad, somos gente normal y corriente. Lo que digo es simplemente que hay formas y formas de sacrificar animales. Con unos se evita el sufrimiento pero tenemos que tratar de eliminar ese pensamiento de que han nacido para alimentarnos, sin pensar en que también sienten el dolor. Es como en las matanzas particulares tradicionales que se han hecho siempre a cuchillo y en las que ni siquiera se cumple la ley de aturdir al cerdo antes de sangrarlo.

--De peletería, ni hablamos.

--Sí, porque es necesario hacer llegar a la gente el trato que reciben los animales cuyas pieles se usan en peletería. Tenemos vídeos con imágenes reales espeluznantes grabadas por nosotros con cámaras ocultas que enseñamos a los jóvenes para que se conciencien. Hay que impulsar la idea de productos alternativos que no implican sufrimiento de los animales y que son respetuosos, como lo sintético.

--Claro que para polémica, la de los toros.

--A mí no me gusta la polémica, es más, huyo de ella. Pero más que de toros, hay que hablar del uso del sufrimiento animal en los festejos populares en general. Hablamos también de festejos en los que se cuelgan gallos, se tiran cabras de un campanario o hay violencia sobre vaquillas, tiro de dardos a los toros... Tenemos que explicar la conducta psicológica de los que actúan así, y el sufrimiento animal, para hacer llegar a la conclusión que no tiene ningún sentido esas actividades. No se debe participar en ellas. Pero lo difícil es hacérselo ver a generaciones a los que se les ha inculcado durante años esta "cultura".

--¿Si nos centramos en Extremadura?.

--Hay un handicap grave que es la falta de reglamentación de la Ley de Protección Animal. Guste o no Extremadura tendrá que hacer un reglamento y establecer el microchip como identificación obligatoria, porque es la única región en la que aún no se ha impuesto. Lo positivo es el régimen ganadero extensivo extremeño y huir del intensivo. En este sentido tienen todo el apoyo de ANDA para promocionar esa producción y les invitamos a huir de la explotación intensiva. En general Extremadura trata bien a sus animales de granja.

--Un deseo.

--Que el centro de recuperación de especies de Monfragüe, que es muy bueno, se dote de recursos necesarios para convertirlo en un centro de rescate de todas las especies protegidas por CITEx.