Beatriz Sánchez es una de los 177 Erasmus que la Universidad de Extremadura (UEx) tiene en Italia este curso. Vive en L’Aquila, a una hora de Roma, donde la vida transcurre con normalidad y sin restricciones. «Aquí las clases continúan todos los días sin problemas. En la universidad ni siquiera nos han dado ningún tipo de indicación por el coronavirus pero desde la UEx sí se han puesto en contacto con nosotros. Aquí todo está tranquilo, no veo razón para tanta alarma», opina.

No obstante, reconoce que sus padres sí le han sugerido que se vuelva a Cáceres, pero «no creo que sea para tanto, se le está dando demasiado bombo y mientras la cosa siga como hasta ahora, no me muevo de aquí».

El coronavirus no se nota en las calles de L’Aquila «porque nadie lleva mascarillas», pero sí en las tiendas porque no hay forma de comprar ni mascarillas ni geles desinfectantes. «No hay ni en el Decathlon. Están agotados en todos sitios, asi que la madre de una compañera nos mandó mascarillas desde España, pero no las hemos usado», cuenta.

La única precaución que ha tomado por ahora es adelantar un día el viaje que hizo junto a varias amigas a los carnavales de Venecia el pasado fin de semana. «Nos alojábamos en Padua, donde estaba el foco, y decidimos regresar el domingo en lugar del lunes porque se hablaba de cerrar la ciudad y no queríamos quedarnos allí». Pero ya prepara la próxima excursión para este fin de semana: «Nos vamos a Roma». La vida Erasmus continúa ajena al coronovirus. g. m.