"Tan extremeño como la Virgen de Guadalupe". Así presentó el rector de la universidad extremeña, Francisco Duque, al ex director del Diario Hoy, Teresiano Rodríguez, encargado de impartir la conferencia del acto de celebración de Santo Tomás de Aquino, el pasado viernes. Nombrado comisario para la organización del centenario de la proclamación de la Virgen como patrona de la región, Teresiano Rodríguez se refirió en su intervención a Guadalupe como "el corazón de nuestra historia". Además, llegó a decir que en algunos momentos parece que la patrona "estuviera viviendo en una casa de alquiler", al recordar que el monasterio aún pertenece al Arzobispado de Toledo.

--Cien años como patrona de Extremadura ¿cuántos más para que pertenezca a una región eclesiástica extremeña?

--Eso me gustaría a mí saber. Soy de los que he hablado mucho de este tema y entiendo que esta era una ocasión magnífica para conseguir que pase a pertenecer jurisdiccionalmente a Extremadura. Pero no sé si es el momento y no veo demasiadas sensibilidades en algunos sectores o en algunas personas que tienen mucho que decir en este sentido.

--En la Iglesia...

--Es de ella de quien depende.

--Aún hay muchos extremeños que no conocen el monasterio ¿a qué cree que se debe?

--No tiene perdón de Dios, porque hoy la gente corretea. Y Guadalupe representa el eje fundamental, el núcleo espiritual, de lo que ha sido y es Extremadura. A lo mejor no se ha hecho la publicidad suficiente de lo que Guadalupe es. A ver si lo vendemos primero en Extremadura y después fuera.

--¿Se aprovechará este centenario para ´vender´ la zona?

--Guadalupe es la mejor tarjeta de visita que podemos tener para decir ´esto es Extremadura´. Pero aquí y fuera de aquí.

--¿Qué papel tendrá Guadalupe en el siglo XXI?

--Lo que nosotros queramos y lo que seamos capaces de hacer. Seguirá siendo un sitio importante artísticamente, pero entiendo que tiene que ir a más. Siempre será un núcleo importante en el aspecto religioso, en el cultural y en todo aquello que represente algo relacionado con el espíritu, que no lo vamos a dejar morir por muy materializados y tecnificados que estemos.