Quien piense que la vejez es siempre un obstáculo para realizar ciertas tareas, se equivoca. A sus casi 92 años, la profesora Clotilde Brasil asesora a los alumnos y profesores de la Unicor (Universidad del Valle de Río Verde), en el estado brasileño de Minas Gerais.

Clotilde Brasil, nacida en 1913 e hija de inmigrantes italianos, ha conseguido mantenerse 73 años en la docencia. Ella considera que su longevidad activa no guarda ningún secreto, "únicamente mi plena dedicación a la enseñanza durante muchos años, que pasaron casi sin darme cuenta".

EXCELENTE ALUMNA Cuando Clotilde comenzó a impartir clases, en la década de los 30, las mujeres tenían pocas oportunidades de trabajo, "apenas podías ser profesora o estudiar música", dice la nonagenaria, aunque ella siempre se destacó como una excelente alumna, lo que le sirvió para ganarse un puesto en la enseñanza.

Tras siete décadas de docencia, dejó las clases para asesorar a profesores y estudiantes. "Mientras no me echen, sigo trabajando", afirma la veterana educadora, que en abril de 2003 y con 89 años, defendió su tesis doctoral sobre la ironía en la obra del escritor portugués E§a de Queiroz (1845-1900).

"El auditorio de la universidad estaba lleno y muy atento a lo que hablaba. Se rieron mucho cuando contaba las partes más graciosas. Salió todo muy bien", recuerda.

Según Clotilde, "la edad ayuda a solventar ciertas dificultades", y por ello, de lunes a miércoles, de 8 a 11 de la mañana, ella resuelve dudas sobre portugués a quien lo precise, siguiendo una didáctica explicativa, con la que intenta mostrar al alumno el porqué de las cosas. Muchas veces Clotilde se lleva trabajo a casa, lo que no le impide sacar tiempo para cuidar de sus plantas, preparar pasteles para sus 17 nietos y 10 bisnietos y participar en coloquios literarios.