Las autoridades de Noruega, primer productor mundial junto a Chile, restaron ayer credibilidad al estudio sobre los supuestos peligros del salmón de piscifactoría, publicado el jueves en la revista Science, y aseguraron que sus análisis, "basados en estudios más amplios y continuados en el tiempo, no llegaron nunca a esas conclusiones", según declaró a la prensa la inspectora de nutrición Are Sletta. "No creemos que haya razones para la alarma", añadió.

En el mismo sentido se pronunció la ministra española de Sanidad, Ana Pastor. Tanto en España como en la UE, dijo, los contenidos de dioxinas y otros elementos tóxicos en el pescado "están a unos niveles que dan seguridad. Los ciudadanos pueden tomarlo con total tranquilidad".

Noruega, por delante de Dinamarca y Gran Bretaña, es el gran suministrador de salmón en España, puesto que la producción local es escasa, casi consagrada a la pesca deportiva. La especie suelen cultivarse en granjas de alimentación controlada, colorantes rosáceos y aguas relativamente quietas, sin remontes o nada parecido a un río, pero eso no significa que sea perjudicial, insisten las autoridades noruegas. "Toda alimentación es peligrosa si se consume en cantidades excesivas, pero en este caso el problema es justamente que no se toma suficiente pescado, incluido el salmón", declaró a la agencia France Presse el director del Instituto Noruego sobre Alimentación de Productos Marinos (NIFES), Oyvind Lie. Todos los contaminantes citados por Science se encuentran en el salmón "en un nivel inferior a los límites fijados por la UE y la OMS", añadió Lie.