Nicolas Sarkozy confía en la tecnología europea para sus desplazamientos oficiales. El Air Force One francés es un espartano Airbus A319 del Ejército del Aire que a finales de este año será sustituido por otro Airbus, un A330-200, con mayor capacidad y autonomía de vuelo. En tiempos de crisis, no es cuestión de despilfarrar, así que el jefe del Estado viajará en un aparato de segunda mano, de 11 años de antigüedad. La decisión de Sarkozy de cambiar el avión se atribuye a razones prácticas (debe parar a repostar en los trayectos largos) pero también de ego. Según algunos medios, cuando asistió a sus primeras cumbres de jefes de Estado, no le gustó nada constatar que su avión era más pequeño, no solo que el del presidente norteamericano, sino también que el del español o el italiano. El nuevo avión será una fortaleza volante dotada con los últimos avances en materia de comunicaciones y de seguridad, ya que cuenta incluso con un sistema antimisiles. El coste total se cifra en 176 millones de euros.

Los 324 asientos que lleva el avión han sido retirados para instalar el despacho del presidente, una sala de reuniones para 12 personas, un módulo médico y 60 plazas para los asesores presidenciales, miembros del Gobierno y el médico que acompaña siempre al presidente. ELIANNE ROS