Medio centenar de personas han muerto como consecuencia de la ola de frío siberiano que, desde el pasado fin de semana, afecta a Rumanía, Turquía, Bulgaria, Polonia y, desde ayer, también a Alemania. Las temperaturas en esta zona del este de Europa han caído hasta los 35 grados negativos y se espera que la situación se prolongue unos días más.

El frente se dejó sentir ya ayer en algunas zonas de España, donde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé una entrada de viento del nordeste, que acompañará durante la jornada de hoy a la borrasca y aumentará la sensación de frío en toda la Península.

El descenso de las temperaturas será acusado a partir de mañana, miércoles, cuando se esperan heladas nocturnas intensas, adelantó el portavoz de la Aemet, Angel Rivera. En la mitad norte, la previsión indica que los termómetros marcarán máximas de 3 o 4 grados, mientras que en la meseta sur se registrarán temperaturas de entre 4 y 6 grados centígrados.

Menos halagüeñas son los pronósticos para países como Turquía, donde mañana los termómetros de Estambul podrían marcar los -15 grados. La ciudad, de 14 millones de habitantes, sufrió la noche del viernes al sábado cortes interrumpidos del suministro eléctrico, como conseceuncia de la intensa nevada. Desde el sábado, han fallecido en el país cinco personas, la mayoría de edad avanzada.

Pero la peor parte del temporal se la ha llevado, de momento, Rumanía, con 22 víctimas mortales, casi todas personas sin techo. Fuentes oficiales explicaron ayer que en el país hay contabilizadas unas 15.000 personas sin domicilio fijo, de las que más de 5.000 se encuentran en la capital, Bucarest.

En Polonia, el frío ha matado a 11 personas, entre ellas un niño de 13 años. Desde principios de noviembre, son ya 202 los ciudadanos fallecidos por culpa de la bajas temperaturas en ese país.