Un nuevo espacio dedicado al arte acaba de abrir sus puertas en Mérida. Su objetivo pasa por plantear un lugar de ámbito privado que se sume a los lugares habituales en los que se organizan exposiciones y, especialmente, despertar el gusanillo del coleccionismo de piezas de arte. Carmen Díez Müller es la responsable de esta galería, la primera que se instala en la ciudad, ubicada en la segunda planta del nº 8 de la calle Santa Eulalia, justo encima de la farmacia que regentó su padre durante toda una vida.

CarmendMüllerEspacio, que es el nombre que recibe la galería, se ha estrenado con una exposición de Javier Fernández de Molina, profesor en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de la capital autonómica, con quien Carmen mantiene desde hace años un vínculo muy especial. Esa amistad se fraguó hace 15 años, cuando la galerista le compró al artista una de las primeras piezas de su colección privada. "Cuando le compras un cuadro a alguien se establece un lazo de unión muy difícil de romper", señala Carmen.

Dividida en varias salas, de las que ahora cuelgan los óleos y las fotografías de Sarteneja, la colección que Fernández de Molina ha dedicado al cortijo que su familia, Carmen pretende abrir este espacio a diversos actos culturales. Así, ofrece sus instalaciones para la presentación de libros, conferencias y otro tipo de actos, que no congreguen a un público numeroso debido a las dimensiones del local. De esta forma, se plantea como alternativa a los sitios en los que habitualmente se realizan estas actividades, que suelen tener salas y auditorios muy amplios que difícilmente se pueden llenar.

Y, aunque es consciente de que en Mérida existe "poca o nula" tradición galerista, está convencida de que poco a poco la gente se irá animando. "No tengo prisa", afirma, por lo que anima a quienes tengan curiosidad por entrar en el mundo del coleccionismo a acercarse a su galería. "Queremos que la gente se acostumbre a venir sin miedo a ver cuadros, y si no le gustan, pues no pasa nada. La gente se tiene que plantear que los cuadros no muerden".

Por el momento reconoce que ha entrado poco público en la galería, y que son sobre todo personas que forman parte de los círculos habituales del arte en la ciudad. Para animar a un público más amplio, quiere programar visitas en grupos, y asimismo buscará en los turistas un yacimiento importante de clientes. "Yo cuando viajo a Madrid o Barcelona, además de ir a los museos, también visito galerías", señala.

Y, por último, para quienes piensan que este mundo es caro y solo es accesible para gente adinerada, recuerda que existe un abanico muy amplio de obras de arte en las que tienen cabida formatos asequibles para casi todos los públicos.