Dinero a cambio de clics. Este es el negocio de las fábricas de clics, centros ilegales, situados sobre todo en países en vía de desarrollo, que a cambio de cierta cantidad garantizan un mínimo de pulsaciones a las páginas publicitarias en internet. Se trata de uno de los efectos colaterales de la publicidad on line, un negocio de 20.000 millones de euros al año que crece el 20% cada 12 meses. "La publicidad en internet es el segmento más dinámico del mercado publicitario", afirma Andrei Broder. Este doctor en informática y experto en buscadores es vicedirector de Yahoo Research, la unidad de investigación de la empresa que gestiona el sitio web más visitado de la red. La sede europea de la unidad se halla en Barcelona.

"La fábricas de clics las pagan empresas publicitarias para simular un éxito inexistente o compañías interesadas en agotar el presupuesto de sus adversarios", dice Broder. Pero esta no es la única trampa de un mercado agresivo. En el 2004, un estudio de IBM clasificó 100 millones de webs en función del número de otras páginas que enlazaban con cada una de ellas. Este es uno de los criterios utilizados por los buscadores para priorizar los resultados de una búsqueda. Sin embargo, más de la mitad de las primeras 20 páginas clasificadas resultaron ser pornográficas.