Nueve personas murieron ayer por la mañana en un incendio que arrasó una residencia para personas sin hogar en la ciudad de Halberstadt, en el estado de Sajonia-Anhalt, en el este de Alemania. El fuego se declaró cerca de las 5:30 horas de la madrugada y se expandió velozmente debido a la estructura del lugar, un complejo de 16 casetas de metal prefabricadas que se comunicaban entre sí mediante pasillos y que carecían de medidas contra incendios.

Los bomberos llegaron una hora más tarde, alrededor de las 6:30 horas, cuando el albergue era pasto de las llamas, y tuvieron que esperar a sofocar el fuego para poder rescatar los cadáveres. El recinto acogía a 14 personas, de las que 5 pudieron escapar, aunque tenía capacidad para 24. Tres de los supervivientes fueron trasladados al hospital por intoxicación y otros dos fueron atendidos en el lugar. Los cadáveres quedaron irreconocibles y las autoridades avisaron de que se necesitarán varios días para establecer las identidades.

La policía ha descartado que se trate de un incendio criminal. Según el portavoz del cuerpo, Ulrich Wagner, "el fuego comenzó en el interior y debió ser causado por un cigarrillo mal apagado o por algún problema técnico". El ministro de Interior, Klaus Jeziorsky, anunció la apertura de una investigación. Los resultados, según avisó el responsable, tardarán varios días.

JUNTO AL TREN El complejo de casetas, de 25 metros de largo y 10 de ancho, estaba situado junto a las instalaciones ferroviarias de la estación principal y fue construido en 1996. Autoridades y vecinos dicen que no hubo problemas, que el lugar se mantenía tranquilo y que el trasiego de gente era constante.

Sin embargo, el Departamento de Ayuda a los Sin Techo del Colectivo Nacional de Trabajadores Alemanes ha criticado el estado de estos albergues, que suelen ser demasiado estrechos y carecen de normas de seguridad efectivas. Según Werena Rosencke, de la oficina de la organización en Bielefeld, la mayoría carecen de cocina, por lo que sus habitantes suelen utilizar estufas de gas o pequeños fuegos en el exterior, con el consecuente riesgo de incendio.

En los últimos 10 años se han registrado varios incendios en hogares de acogida en Alemania. En Brandemburgo ardieron en 1999, dos residencia para pobres provocando dos muertos cada vez. Uno de los incendios fue provocado con cócteles molotov.

Además, en 1998 murieron cinco hombres ancianos en un incendio en Baden-Würtemberg y en 1995, un cigarrillo mal apagado causó un incendio, en el que hubo otro nueve muertos.