La llamada ley Sarkozy , tan vilipendiada por los colectivos de internautas y observada tan de cerca por el resto de gobiernos europeos --el de España entre ellos--, acaba de recibir un nuevo revés desde el ámbito de la UE. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, lleva tiempo tratando de aprobar una norma por la que el usuario que haya sido cazado intercambiando contenidos protegidos por los derechos de autor tres veces en menos de un año pueda ser desconectado de internet. El Ejecutivo francés pretende que para ese corte no sea necesaria ninguna resolución judicial previa.

Bastaría que una agencia administrativa, creada ad hoc, tomase la decisión. Y aquí es donde reside la discordia con las instituciones europeas: primero, a finales del pasado mes de marzo, fue el Parlamento en pleno el que se mostró contrario a este esquema, por 481 votos contra 25; ahora ha sido el Comité de Telecomunicaciones de ese organismo el que ha hecho lo mismo. Y por un resultado igual de rotundo: 44 votos contra 4. En rigor, no es que los parlamentarios del comité, presidido por una antigua ministra de Cultura francesa, Catherine Trautmann, votasen expresamente contra los planes de Sarkozy.

Lo que hicieron fue posicionarse claramente a favor de una nueva directiva de ámbito mucho más amplio que el de las simples descargas, en las que se prohíbe aquello por lo que Francia aboga: que los gobiernos corten por sí mismos las conexiones a internet de los ciudadanos.

"No se podrá imponer ninguna restricción a los derechos y libertades fundamentales de los usuarios finales sin una decisión previa de las autoridades judiciales", reza el texto.