Además de la puesta en valor de la educación pública, el cambio de currículos para insistir más en las competencias y menos en la enseñanza memorística, y la modernización de la Formación Profesional (FP) como sistema para frenar el paro juvenil y el abandono escolar temprano, la ministra Isabel Celaá tiene por objetivo prioritario la revisión de la carrera docente. La titular de Educación acaba de anunciar en el Congreso de los Diputados su intención de que todos los profesores -una vez terminada su formación reglada- tengan un año de «prácticas tuteladas» (algo parecido al MIR de los médicos) antes de ejercer su profesión, tanto en Infantil como en Primaria y Secundaria. Ese periodo será «un programa de inducción a la profesión», en palabras de la ministra.

Actualmente, la normativa que regula la profesión docente en la educación pública (a la que se accede tras unas oposiciones) establece -de cara a «comprobar la aptitud para la docencia de los aspirantes»- una fase de prácticas que incluye un periodo de docencia directa. Regulada por cada autonomía, esta fase dura un mínimo de tres meses y un máximo de un año. La novedad anunciada por Celaá implicará, pues, una homogeneización del reglamento. La ministra ha insistido en que se trabajará con todas las autonomías y la comunidad educativa para llevar a cabo el nuevo sistema (incluidas las prácticas tuteladas), que forma parte del objetivo de actualizar la profesión docente al siglo XXI.

«La profesión docente es clave para la calidad de la enseñanza. Son el alma de la Educación y el eje fundamental de la labor del Gobierno», elogió Celaá durante su comparecencia parlamentaria tras destacar que los docentes también gozarán de permisos retribuidos para estancias en centros europeos.

La ministra repitió que, en breve, el consejo de ministros aprobará la ley que deroga la actual norma de Educación, Lomce, conocida por el apellido del ministro del PP que la aprobó, ley Wert, una norma «nociva», en palabras de la titular de Educación. Las bases de la nueva ley será la «excelencia, la calidad, la inclusión y la equidad».