TDtesde Virgilio, los sabios aconsejan desconfiar. Esta semana ha venido a Extremadura la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, cargada de presentes. Mi primera reacción ha sido desconfiar y preguntarme si son verdaderamente modernos los nuevos trenes anunciados para este año: los dos TRD 598 y los cuatro automotores diésel 592-200. He consultado la información disponible en la sección ferroviaria de mi biblioteca particular y, ¡albricias!, la ministra no nos engaña con los trenes y habrá que hacer extensible la confianza a los demás temas.

El TRD (Tren Regional Diésel) se empezó a construir en España en 1997 por CAF. Recuerdo que ese año Renfe me invitó a asistir a su presentación en el País Vasco. Eran unos trenes de la serie 594 para zonas de trazado enrevesado que podían circular a 160 kilómetros por hora con teleindicadores, mesas extensibles en cada asiento, megafonía y, sobre todo, una magnífica suspensión. Traerlos a Extremadura siete años después y anunciarlos como de nueva generación podría parecer un cuento chino, pero es que no son los TRD 594, sino los nuevos 598 que sí van a colocarnos a un nivel aceptable de calidad. Lo mismo sucede con los automotores 592. En principio son semejantes a los actuales de la serie 100 de 1982, que circulan por Extremadura a una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora. Pero los que vienen son los nuevos 592 de la serie 200 que van a 140 por hora y están inspirados en el popular automotor atómico . En resumen, llegan trenes modernos. Ahora sólo falta que nos montemos en ellos.