Trescientos mil. Los últimos cálculos indican que ése es, por ahora, el escalofriante número de muertos que causó el tsunami del 26 de diciembre en el Sureste Asiático. Indonesia ha vuelto a revisar la cifra de víctimas y ha anunciado que los fallecidos en su territorio ascienden a más de 228.000.

Los responsables militares que Yakarta ha desplazado a la provincia de Aceh --la más afectada por el maremoto-- hicieron pública ayer otra estadística que, un mes después de la tragedia, pone de manifiesto la titánica tarea a la que siguen enfrentados los servicios de emergencia: cada día se recuperan unos 1.100 cadáveres de entre las ruinas.

En menos de una semana, Yakarta ha sumado más de 100.000 muertos a la lista. Pero la metodología ha variado: el miércoles pasado se contabilizaron 174.000 fallecidos, mientras que las cifras entregadas ayer por el Gobierno hablan de más de 96.000 muertos y 132.000 desaparecidos. Indonesia no dio ninguna explicación.

Un responsable del Ministerio de Sanidad indonesio se limitó a decir que, aun cuando los desaparecidos no se dan oficialmente por fallecidos, existen muy pocas esperanzas de que se hallen con vida un mes después de la tragedia.

"La gente, lógicamente, puede dar por descontado que todos los desaparecidos están muertos, pero no es así como establecemos la cifra de muertos en Aceh", dijo este responsable de Sanidad.

Sepultados bajo toneladas de escombros, descompuestos e irreconocibles, los cadáveres continúan apareciendo en Aceh a un ritmo de 1.100 por día. Cruz Roja anunció ayer que tardará otro mes en recoger todos los cuerpos.