Cuando se celebra esta entrevista, apenas hace unas horas que Lucía ha vivido su primera vez, que es como las escorts han bautizado a la primera ocasión en que una mujer hace sexo por dinero. "Bien, ha ido bien. Yo estaba nerviosa pero era un hombre agradable", explica esta mujer que decidió hace un mes iniciarse en el negocio del sexo de pago. Las razones, como las de la mayoría que ha desembarcado en los últimos meses: el paro y la acumulación de deudas.

"Perdí mi empleo y, poco a poco, entre los gastos y la hipoteca de la casa se agotaron mis ahorros. De pronto, vi que estaba viviendo de las tarjetas de crédito. La situación se hizo insostenible", cuenta Lucía, que explica cómo, para intentar salir adelante, montó un negocio. "La verdad es que empieza a arrancar pero sale mucho más dinero que el que entra. Si no hago algo, veo que lo perderé todo: mi casa y mi negocio", comenta y sentencia: "No pienso dejar que me lo quiten. Tengo claro que voy a luchar por lo mío".

Antes de empezar, se informó todo lo que pudo sobre el mundo de las prostitutas de lujo. Dio con Paula, una escort más veterana, que le dio buenos consejos. Por ejemplo, no coger llamadas de móviles con el número oculto y cobrar siempre por adelantado. "Me dijo que cuidado con los que llaman solo para calentarse. Que si veía que alguno se ponía pesadito por el móvil le remitiera a mi web y listo", explica.

Cuando consideró que estaba preparada, colgó el anuncio. "Esto al fin y al cabo es sólo sexo y yo con esto no hago daño a nadie", dice y suena como si se autoconvenciera. Ahora que su alter ego sexual está en marcha, reflexiona. "No me arrepiento del camino que he tomado. Eso sí, que nadie crea que esto es fácil. Me pregunto si lo he intentado lo suficiente. De todas maneras, ni me arrepiento ni me importa lo que piense la gente. Nadie a quien le parezca mal lo que hago sabe cuánto debo ni va a pagar las facturas. Y no voy a esperar a que Zapatero salve mi casa".

Lucía explica que hay cosas que le dan pavor. "Tengo pánico a que un cliente llame y resulte que sea alguien de mi familia", comenta y reconoce que sus padres "son ultraconservadores y se morirían si supieran que hago esto".