El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebró hoy una vídeo conferencia con su equipo de seguridad nacional para abordar la evolución del huracán "Irene", convertido ya en tormenta tropical, pero que ha causado al menos catorce muertos. Según indicó la Casa Blanca en un comunicado, en la conferencia participaron, entre otros, el vicepresidente estadounidense, Joe Biden; el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Bill Daley; la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y el secretario de Transporte, Ray LaHood. "El presidente recibió una actualización de los esfuerzos de respuesta y asistencia que se desarrollan en colaboración con los funcionarios locales y estatales", indicó la Casa Blanca.

Además, Obama recibió detalles sobre la situación de la infraestructura de transporte y energía en las áreas afectadas por la tormenta. Obama, que adelantó el viernes el regreso de sus vacaciones en Martha's Vineyard (Massachusetts) para seguir desde Washington el desarrollo del huracán y la coordinación de las tareas de asistencia, celebrará una nueva sesión informativa por la tarde, indicó la Casa Blanca. El presidente estadounidense ha tenido buen cuidado, desde el comienzo de la situación, en dejar claro que se encuentra al tanto y participa en la coordinación de los esfuerzos.

Con ello pretende evitar los errores cometidos por su predecesor, George W. Bush, al paso del huracán "Katrina" en 2006, que causó la inundación de Nueva Orleans. Entonces Bush, que se encontraba de vacaciones en su rancho de Texas, tardó dos días en regresar a Washington. Su gestión del desastre fue uno de los factores clave en la baja popularidad que arrastraría el resto de su mandato, hasta enero de 2009.

La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, afirmó hoy que "lo peor de Irene ya ha pasado", pero remarcó que "todavía es potencialmente peligrosa" pese a que su categoría ha sido rebajada de huracán a tormenta tropical a su paso por Nueva York. "Irene" ha dejado ya al menos catorce muertos a su paso por Estados Unidos, que se suman a los seis fallecidos en el Caribe, y ha provocado el corte del suministro de luz a millones de personas.

A su llegada a Nueva York, la tormenta ha dejado inundaciones y fuertes lluvias, aunque no daños de la magnitud que se temía.