El presidente de EEUU, Barack Obama, ha anunciado que ha ordenado una revisión "exhaustiva" de las centrales nucleares en su país, a la luz de los problemas en la planta de Fukushima, en Japón. En una breve declaración en la Casa Blanca, Obama ha afirmado que "no se espera" que niveles dañinos de radiación procedentes de la planta japonesa lleguen a territorio estadounidense. "Quiero ser muy claro: No esperamos que lleguen niveles peligrosos de radiación a EE.UU., ni a la costa Oeste, ni a Hawai, ni a Alaska o a los territorios en el Pacífico", ha precisado.

El dirigente, que se ha desplazado a la Embajada de Japón en Washington para firmar en el libro de condolencias abierto tras el terremoto de 9 grados en la escala de Richter que devastó el país asiático, ha subrayado que las centrales nucleares de EEUU están diseñadas para resistir "las contingencias más extremas".

Sin embargo, como medida de precaución a la luz de lo sucedido en Fukushima, ha pedido "que se lleve a cabo una revisión exhaustiva" de las condiciones en que se encuentran las 104 plantas nucleares que existen en el país y confirmar que pueden resistir desastres naturales como terremotos o tsunamis.

LLAMADA A KAN

La Comisión Reguladora de la Energía Nuclear (NRC por sus siglas en inglés) será la encargada de llevar a cabo la evaluación, según ha precisado. Obama ha hecho un llamamiento a la tranquilidad, al indicar que por el momento las autoridades médicas del país "no recomiendan" medidas de precaución para los residentes estadounidenses.

Aunque no ha aludido a ello expresamente, se refería a las pastillas de yoduro de potasio, el tratamiento contra la radiación, que se agotan en los Estados de la costa Oeste como medida de precaución por si la radiación acabara llegando al país. En su alocución, el presidente estadounidense ha expresado su apoyo a "nuestros aliados japoneses" y ha mostrado su convencimiento de que el país del Sol Naciente "se recuperará y se reconstruirá".

Previamente, Obama se había desplazado, en una visita sorpresa, a la Embajada japonesa, donde había firmado en el libro de condolencias para asegurar que los estadounidenses se encuentran "con el corazón roto" por el desastre en el archipiélago nipón. El presidente estadounidense telefoneó este miércoles al primer ministro japonés, Naoto Kan, al que prometió toda la ayuda posible de su país para que Japón pueda recuperarse.