El vicario general de la Diócesis de Tarazona (Zaragoza), Esteban Aranaz, ha afirmado hoy que al Obispado le da "pena" que el párroco de Borja, Florencio Garcés, tenga que estar en prisión provisional, si bien ha afirmado que si la juez ha tomado esta decisión la respeta, porque "será por algo".

Se ha referido hoy en declaraciones a los periodistas al auto de prisión provisional dictado ayer por la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Tarazona, Nieves Pérez, relativo al párroco de Borja, al que se le acusa de apropiación indebida de más de 185.000 euros así como de un delito contra la libertad sexual.

Ha recordado la presunción de inocencia del párroco, un derecho que tiene todo ciudadano, y ha añadido que él personalmente cree que es inocente.

Es una noticia que al Obispado de Tarazona le "llena de dolor y sorpresa", esto último porque el domingo cuando fue a declarar ante la juez, quedó en libertad con cargos.

"Nadie esperaba un cambio de decisión", ha dicho el vicario, que en cualquier caso ha insistido en que respeta la decisión judicial y que no la "prejuzga".

El Obispado de Tarazona ha apartado al párroco de forma cautelar de su actividad pastoral para que no interfiera en la investigación y por su seguridad personal, "a estas alturas ya no hace falta porque está en prisión".