Los obispos de Cataluña pidieron ayer «perdón» por los abusos a menores cometidos por religiosos, de los que sienten «vergüenza y dolor», y se comprometieron a esclarecer todos los hechos del pasado, a eliminar cualquier tipo de tolerancia o encubrimiento y a ayudar a las víctimas en su restablecimiento. También condenaron ayer «rotundamente» los abusos a menores «y la cultura que los fomenta o justifica».