La responsable de Educación y portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Carme Chacón, anunció ayer que los alrededor de 18.000 profesores que imparten la materia de Religión van a dejar de estar sometidos al control de los obispos de cada diócesis, que ahora los nombran y deciden a final de cada curso si la Administración les renueva el contrato.

Chacón recordó, en unas declaraciones a la agencia Efe, que es el Estado el que les contrata y les paga, y que, en consecuencia, los docentes "tienen que regirse por el Estatuto de los Trabajadores y por la Constitución española". La dirigente socialista aclaró que eso sucederá "tanto a su llegada como a la salida de su puesto de trabajo y durante el tiempo de su relación laboral" .

La portavoz de la Ejecutiva socialista agregó que el nuevo Gobierno se propone igualmente replantearse la existencia del área de Sociedad, Cultura y Religión prevista en la ley de calidad, de manera que quienes quieran cursar la materia confesional puedan hacerlo, pero quienes no opten por ella no se vean sometidos a la obligatoriedad de cursar la alternativa obligatoria, Hecho Religioso, como dispuso el PP.

El vicepresidente de la Federación Estatal de Profesores de Enseñanza Religiosa (FEPER), Luis Guridi, reaccionó al anuncio con

"alegría enorme", puesto que se trata de una antigua reivindicación del colectivo. "Damos clase de Religión católica, pero no hacemos proselitismo", señaló Guridi, que explicó que hasta ahora han sido tratados como "trabajadores de segunda clase".