Los obispos han dado un giro conservador en la asamblea plenaria que se celebra estos días, pero hay cosas que se quedan como estaban porque, simplemente, ya no pueden girarse más. Tras sustituir al moderado Ricardo Blázquez por el combativo Antonio María Rouco Varela al frente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), los prelados reeligieron ayer al cardenal Agustín García-Gasco --arzobispo de Valencia, duro entre los duros y autor de algunas de las frases más radicales contra el Gobierno socialista que se han escuchado en los últimos tiempos-- como responsable de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe.

No es cualquier organismo. No es la Comisión de Migraciones o la de Seminarios y Universidades, que tienen un perfil más bajo y menos polémico, aunque cuenten con importantes atribuciones. Doctrina de la Fe, según la define la propia CEE, "tiene la misión de procurar que lo que se diga en la Iglesia, de palabra o por escrito, sobre el Evangelio salvador de Jesucristo responda de verdad a ese Evangelio tal y como lo entiende la Iglesia, la Esposa de Cristo a la que asiste el Espíritu de la verdad. Dicho de otra manera: la misión de la comisión doctrinal es promover la ortodoxia y velar por ella".

RADICALIZACION Es, con un nuevo nombre, el viejo y temido Santo Oficio de la Inquisición, responsable de las recientes condenas a los escritos de teólogos como Marciano Vidal, Casiano Floristán y Juan José Tamayo, quien ayer sostuvo que el nombramiento de García-Gasco confirmaba la "radicalización" de los obispos.

Cardenal desde noviembre, promotor de un templo valenciano en honor a los muertos del bando franquista y responsable de afirmaciones como "Radio Nacional mantiene en antena programas diabólicos", "el divorcio exprés es un contrato basura: en tres meses a la calle, sin explicaciones" y, sobre todo, "la cultura del laicismo radical" conduce "a la disolución de la democracia" --pronunciada en Madrid el pasado 30 de diciembre, durante el famoso acto bajo el lema Por la familia cristiana organizado por Rouco--, García-Gasco ya presidía de forma interina la Comisión para la Doctrina de la Fe desde el fallecimiento de su anterior titular, Eugenio Romero Pose, obispo auxiliar de Madrid, ocurrida en marzo del 2007. De 77 años, el arzobispo de Valencia presentó su renuncia al Pontífice en febrero del 2006. Ahora está a la espera de lo que Benedicto XVI provea.

El resto de nombramientos llevados ayer a cabo por la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española no suponen especiales novedades. Los prelados tenían que nombrar a los presidentes de las 14 comisiones episcopales en que se articula el organismo que ahora preside Rouco Varela. Hubo 10 renovaciones en el cargo y solo cuatro nuevos nombramientos.