Los obispos celebran esta semana su asamblea plenaria. Mañana se conocerá el nombre del sucesor del actual presidente, Ricardo Blázquez. El cardenal y arzobispo de Valladolid ha mandado un mensaje y ha asegurado que las elecciones en la Conferencia Episcopal Española (CEE) "no son un reparto de poder" ni una oportunidad para "acumular prestigio", informa Europa Press.

Los dos candidatos que, a priori, tiene más papeletas para presidir el órgano de gobierno de los obispos son el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y el de Válencia, Antonio Cañizares. Omella, un hombre que acostumbra a ir en metro y en sus declaraciones públicas tienda a huir de los conflictos políticos y poner el acento en la expresión "tender puentes", tiene el beneplácito del Vaticano después de que en 2017 el papa Francisco le nombrara cardenal en una ceremonia celebrada en la basílica de san Pedro. Omella se convertía así en el octavo cardenal de Barcelona y pasó a formar parte del colegio cardenalicio de la iglesia católica.

CAÑIZARES Y SUS ENCONTRONAZOS POLÍTICOS

Mientras, Cañizares es un obispo acostumbrado a los encontronazos con el Ejecutivo socialista. Ya lo hizo cuando PSOE y Unidas Podemos llegaron a un acuerdo para formar gobierno para "implantar el pensamiento único" y volvió a hacer los mismo tras las declaraciones de la ministra de Educación, Isabel Celaá, contraria al veto parental en los colegios (aprobado solo en Murcia). Según Cañizares, "si el que Educa a los niños y las niñas es el Estado en lugar de las familias, vamos o volvemos a la dictadura, al Estado totalitario, a la supresión de derechos fundamentales o al no respeto a éstos, a quitar a la familia algo que le corresponde en su ser más propio e inalienable, y a la eliminación del principio de subsidiariedad que sustenta y fundamenta la sociedad y el Estado democrático".

El presidente saliente, sin embargo, ha repetido que "las elecciones no son un reparto del poder, sino una distribución de las colaboraciones para contribuir lo más adecuadamente posible al sentido mismo de la Conferencia Episcopal y la misión que ha recibido en su misma constitución. Las elecciones no son oportunidad de acumular prestigio, sino ocasión para mostrar disponibilidad al servicio".

"La sociedad y el mundo actual en buena medida ha dado la espaldas a Dios", ha explicado Blázquez dejando clara la importancia de la perspectiva misionera. En esta línea, ha recordado las palabras del papa Francisco en Navidad: "No estamos ya en un régimen de cristianismo porque la fe -especialmente en Europa, pero incluso en gran parte de Occidente- ya no constituye un supuesto obvio de la vida en común. De hecho, frecuentemente es negada, burlada, marginada y ridiculizada".