El flamante secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, confirmó ayer que las directrices del papa Francisco empiezan a aplicarse al discurso de la Iglesia en España. Tras dar cuenta de lo tratado en la asamblea plenaria --principalmente de su nombramiento y de las cuentas de la institución--, el portavoz se pronunció sobre el aborto mostrándose partidario de "desclericalizar las cosas" y de que la Iglesia "no abandere manifestaciones públicas", como ha hecho a lo largo de más de 10 años el tándem Rouco-Martínez Camino.

En septiembre, la CEE no se pronunció cuando el Papa exhortó a la Iglesia a hablar menos del aborto y de la moral sexual. Ayer, Gil Tamayo subrayó que el aborto "no es la contienda de la Iglesia como una alternativa política", porque la cuestión "no es religiosa ni política. La Iglesia tiene una opción por la vida, pero desde la opción por la persona". Eso no quita que el portavoz echara mano de la doctrina e insistiera en que "el aborto no es un derecho, sino la eliminación de una vida humana".

También hubo sintonía con las palabras del Papa en defensa de los inmigrantes. Gil criticó con contundencia la colocación de cuchillas en la valla de Melilla: "No se puede atentar contra la vida de personas desvalidas que buscan mejoras en su vida".

SUMISION DESAUTORIZADA El portavoz dejó claro asimismo que no le gusta el título del polémico libro de la periodista italiana Costanza Miriano Cásate y sé sumisa, editado por el arzobispado de Granada, y cuya retirada ha pedido la Junta de Andalucía. "La sumisión no se corresponde con la doctrina de la Iglesia. San Pablo nos habla de que nuestra vocación es la libertad, no la obediencia ciega. La obediencia cristiana no es cuartelera", alegó Gil Tamayo. No obstante, aseguró que no ha leído el libro y, como periodista, propuso "pasar del título y de la entradilla al cuerpo de la noticia".

En su repaso a otros temas de actualidad, siempre a petición de los periodistas, evitó proclamar como su predecesor la amarga insatisfacción de la Iglesia porque el Gobierno del PP no ha introducido en la polémica reforma educativa que la asignatura de Religión sea académica y evaluable en todas las escuelas y niveles, incluidas las etapas no obligatorias del bachillerato y la infantil. "La clase de Religión nace de un derecho esencial. La ley se puede desarrollar todavía en decretos", se limitó a comentar.

Al hablar de los presupuestos de la Iglesia, el portavoz insistió una vez más en la repetida tesis de que la Iglesia católica "no vive del Estado". La realidad es que cuando los católicos le asignan el 0,7% de su IRPF no aportan ni un euro más que el resto de los españoles, y que el Estado renuncia a esos fondos y destina a la institución por medio de la ley de Presupuestos Generales nada menos que 247,9 millones.