El aumento del nivel del mar se está acelerando y crecerá diez veces más rápido que en el pasado siglo, causando anualmente mareas dañinas en las costas donde viven 680 millones de personas que antes se producían cada 100 años. La vida marina seguirá disminuyendo con una caída del 24% del potencial máximo de capturas pesqueras debido al aumento de las temperaturas y de la acidez.

Muchos glaciares perderán el 80% de su masa y algunos desaparecerán causando problemas de abastecimiento de agua en vastas regiones. La descongelación del permafrost y el derretimiento del hielo marino podrían causar un calentamiento adicional, acelerando aún más el cambio climático.

Estas serán las consecuencias «rápidas y dolorosas» de no actuar de inmediato frente a la emergencia climática. Para evitarlo «hay que reducir el calentamiento al nivel más bajo posible», según el Informe Especial sobre el Océano y la Criosfera en un Clima en Cambio (SROCC) aprobado ayer por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).

El documento es el tercero y último de una serie encargada por la ONU al IPCC, el primero de los cuales alertó en octubre del año pasado de la necesidad de tomar medidas drásticas que limitaran el aumento de la temperatura global a los 1,5ºC fijados por el Acuerdo de París y el segundo instó a un cambio de dieta, con la reducción de consumo de carne. En la elaboración del actual han participado 104 científicos de 36 países. Los expertos han usado como base el resultado de 7.000 investigaciones y el texto final ha sido aprobado por 195 países.

El informe destaca que los cambios afectarán directamente a los más de 1.400 millones de personas que viven en las costas, la alta montaña, los estados insulares y el región ártica. De hecho ya les están afectando, porque el cambio climático ha llegado para quedarse. «El calentamiento global ha alcanzado 1°C por encima de la época preindustrial y hay evidencias abrumadoras de que esto está produciendo graves consecuencias para los ecosistemas y las personas. El océano es más cálido, más ácido y menos productivo. El derretimiento de los glaciares y las capas de hielo está causando el aumento del nivel del mar, y los sucesos extremos en las costas se vuelven más importantes», resume el documento.

«El mar abierto, el Ártico, la Antártida y las altas montañas pueden parecer lejanas para muchos, pero dependemos de ellos y estamos influenciados por ellos de muchas maneras, desde el mismo clima a la producción de alimentos, energía o el turismo, la salud y el bienestar», declaró Hoesung Lee, presidente del IPCC, durante la presentación del informe. «El océano y la criosfera del mundo han estado tomando el calor del cambio climático durante décadas, y las consecuencias para la naturaleza y la humanidad son radicales y severas», ha añadido Ko Barrett, su vicepresidente.

LOS OCÉANOS / El nivel del mar ha aumentado hasta ahora en 16 centímetros. Con altas emisiones, el aumento se aceleraría, hasta el punto de que en el 2100 crecería a 15 milímetros anuales (mm/año), más de cuatro veces más rápido que en la actualidad (3,6 mm/año) y más de 10 veces que en el siglo pasado (1,4 mm/año). El nivel del mar habría crecido a fines de siglo 1,1 metros, 10 centímetros más de lo previsto en anteriores informes debido a que la capa de hielo antártico se derretirá más rápido de lo que se pensaba.

Con la rápida reducción de las emisiones, el aumento del nivel del mar en este siglo se limitaría a unos 43 centímetros, es decir, se reduciría a menos de la mitad, pero seguiría siendo importante. Sin reducción de emisiones el aumento podría llegar hasta los 5,4 metros en el 2300.

El IPCC sostiene que los eventos en los que el mar penetra más en las costas causando efectos dañinos, que ahora ocurren cada cien años, pasarán a suceder, como mínimo, anualmente a partir del 2050. Es probable, además, que algunos países insulares se vuelvan inhabitables como resultado del aumento del nivel del mar.

LA METEOROLOGÍA / Los ciclones se sabe que ya están provocando lluvias más intensas, vientos más fuertes y niveles del mar más altos. Se espera que esta cifra aumente aún más en particular porque el aumento del nivel del mar empeora las consecuencias de las intensas marejadas.

El Niño y La Niña, un patrón de temperatura superficial inusual en el Océano Pacífico que aumenta la sequía y las lluvias torrenciales en todo el mundo, es probable que se vuelva más extremo.

Se espera que la Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico (AMOC), un sistema de corrientes oceánicas que desempeñan un papel vital en la redistribución del calor alrededor del planeta, moderando el clima global, se debilite este siglo.

EL OCÉANO Y LAS MONTAÑAS / El debilitamiento de ese sistema AMOC, tendrá de esta forma entre sus consecuencias directas el aumento de las tormentas en el norte de Europa, la reducción de las lluvias en el Sahel y el sur de Asia, y el aumento del nivel del mar en el noreste de Norteamérica. Una combinación de calentamiento oceánico y sobrepesca ha reducido el número de peces, algo que continuará a lo largo del siglo. La acidez del océano experimentará un aumento de alrededor del 150%. Hasta el 80% del océano superior perderá oxígeno a mediados de siglo. La masa total de animales en los océanos del mundo podría disminuir un 15% y el potencial máximo de captura de las pesquerías podría disminuir hasta un 24% a finales de siglo.

Asimismo, los corales corren un riesgo especial: las olas de calor marinas ya están causando el blanqueamiento a gran escala en los corales, y casi todos los corales de aguas cálidas sufrirán pérdidas significativas y extinciones locales, incluso con reducciones rápidas de las emisiones que limitan el calentamiento a 1,5°C. Otros animales calcificadores como los percebes y los mejillones también están amenazados.

Las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida se están derritiendo, liberando más de 400.000 millones de toneladas de agua al año. La superficie del Ártico cubierta por la nieve cada verano se está reduciendo en más de 13% cada década y se espera que desaparezca por completo durante algunos veranos si el calentamiento alcanza los dos grados.

Los glaciares perderán más de un tercio de su masa a finales de siglo. Si las emisiones disminuyen esta pérdida se reduciría a la mitad. Algunas zonas montañosas perderán más del 80% de sus glaciares para el año 2100 debido a las altas emisiones y muchos de ellos, directamente, desaparecerán por completo. Como resultado, el suministro de agua de los glaciares de las regiones montañosas alcanzará su punto máximo y comenzará a disminuir antes de finales de siglo.