“No vi a ningún funcionario que utilizara la defensa de goma, pero si que había una cierta contundencia en las acciones. Si un preso venía por el pasillo y no quería caminar, se le ayudaba para que caminara rápido”. Con estas palabras de se ha defendido hoy en la Audiencia de Barcelona Xavier Martínez Redondo, que en el 2004 era subdirector médico del centro penitenciario de Quatre Camins, en La Roca del Vallès.

Es uno de los ocho funcionarios de prisión que se sientan en el banquillo acusados de haber maltratado a una quincena de reclusos tras un motín en la cárcel catalana. El fiscal les reclama penas entre ocho y un año de prisión. El juicio se prolongará hasta principios de junio.

Los altercados se produjeron el 30 de abril del 2004. Sobre las 17 horas se produjeron una serie de altercados en la prisión de Quatre Camins que desembocaron en un motín.

Los reclusos agredieron a varios funcionarios (un subdirector resultó gravemente herido) y durante tres horas retuvieron como rehén a uno de ellos. Tras sofocar la revuelta, las autoridades penitenciarias decidieron el traslado a otro cárcel de los presos que habían participado en el motín.

Funcionarios fuera de servicio

Según el fiscal, a la cárcel de Quatre Camins accedieron funcionarios que no estaban de servicio en ese momento alarmados por la situación que se estaba produciendo en la cárcel. A partir de las 12 de la noche del 1 de mayo, comenzaron a ser trasladados los reclusos a otras prisiones.

La acusación sostiene que durante el traslado de los internos desde sus celdas hasta el departamento de ingresos del centro penitenciario, parte de los funcionarios que allí se encontraban hicieron una especie de pasillo. Los reclusos, que iban esposados, tenían que pasar entre ellos, mientras los funcionarios les golpeaban e insultaban. En el departamento de ingresos, incide la fiscalía, también fueron agredidos.

El subdirector médico de Quatre Camins, que se enfrenta a ocho años de prisión por ocho delitos contra la integridad moral, así como a una multa por ocho faltas de lesiones, ha negado hoy en el juicio haber agredido a nadie. Ha declarado que él sólo se dedicó a hacer las revisiones a los presos que iban a ser trasladados y ha admitido que algunos sí que presentaban lesiones. “Yo no se como se trasladaron a los internos”, ha explicado, a pesar de que firmó un informe sobre esta operación por indicaciones de la dirección de la cárcel.

El imputado ha agregado que nunca llevaba defensa de goma, pero que ese día, al mitad de las revisiones médicas, si que se la puso en el cinto por si “era necesario utilizarla”. Sin embargo, ha aclarado que no la uso. El acusado se negó a contestar a las acusaciones particulares. Otros dos funcionarios acusados han desmentido las agresiones a internos.