Aunque sea por motivos distintos, organizaciones de defensa de los derechos del niño de todo el arco ideológico coinciden, al hilo del debate sobre la edad mínima para casarse, en la necesidad de elevar el límite de edad para el consentimiento de relaciones sexuales. Es decir, la edad por debajo de la cual el consentimiento no es legalmente válido y toda relación sexual se considera un abuso. En España es hoy de 13 años, la más baja de Europa, mientras que en la mayor parte del continente se sitúa entre los 14 y los 16.

Para Liliana Orjuela, portavoz de Save the Children, una edad de consentimiento tan temprana favorece "la impunidad de quienes cometen abusos y explotación sexual y la indefensión de sus víctimas", puesto que "muchos abusos no dejan huellas físicas evidentes, y si quien los comete argumenta que la relación ha sido consentida difícilmente se puede probar lo contrario". A su juicio, el límite debería estar "por lo menos en los 16 años".

Coincide en ello Vicki Bernadet, presidenta de la fundación contra el abuso sexual infantil que lleva su nombre. Para ella, la edad actual de consentimiento es "surrealista, no puede ser", porque "hay mucho adulto depredador". En su opinión, habría que distinguir las relaciones entre adolescentes, "que son entre iguales y producto de una mala educación sexual", de las que son con adultos, "en las que hay abuso de poder, presiones y manipulación".

Bernadet considera "incoherente" que este debate no se plantee a la vez que el de la edad para casarse. También lo ve así el presidente del conservador Foro de la Familia, Benigno Blanco, aunque este añade el del "consumo de productos abortivos, así como la injusta norma que permite a las menores de edad abortar sin el conocimiento y el consentimiento de sus padres". Para Blanco, "la decisión de consentir relaciones sexuales exige una madurez vital psicológica y antropológica que no se puede presumir en los chicos y chicas de 13 años. La sexualidad y su ejercicio activo tienen consecuencias de largo alcance cuya valoración exige una perspectiva mayor que la que habitualmente tienen en la sociedad".

Este consenso entre visiones tan diversas responde, según Marta Arias, directora de Sensibilización de Unicef España, a que "todas las organizaciones abogan desde sus puntos de vista por la mayor protección posible para el niño". Pero también hay voces discordantes. Núria Parera, ginecóloga de la Clínica Dexeus de Barcelona, recuerda que la cifra de adolescentes de 13 o 14 años que se inician en las relaciones sexuales en España es baja e inferior a las de otros países de la UE, y opina que para evitar abusos bajo la apariencia de relaciones consentidas la clave es la educación sexual y no tanto la prohibición.