El Gobierno aprobó ayer ocho nuevos títulos de Formación Profesional (FP) dentro del objetivo de hacerla "más flexible y accesible" a los alumnos y que responda a las exigencias actuales, ya que tiene unas elevadas tasas de colocación. España, según un informe presentado por la ministra Mercedes Cabrera, cuenta con 1,5 millones de universitarios, 600.000 estudiantes de Bachillerato y 500.000 de FP, lo que dibuja un panorama inverso al que se vive en la UE y los países desarrollados.

Actualmente, muchas empresas españolas han de acudir a mano de obra cualificada extranjera ante el déficit de técnicos especialistas. La nueva oferta, elaborada tras consultar a empresarios y sindicatos, establece cuatro títulos de técnico (en soldadura y calderería, sistemas microinformáticos y redes, servicios en restauración, y farmacia y parafarmacia) y otros cuatro de técnico superior (en vitivinicultura, gestión de alojamientos turísticos, programación de la producción en fabricación mecánica, y audiología protésica). También se han aprobado 30 nuevas cualificaciones profesionales como paso previo a los títulos.

Además se aprobaron los decretos que fijan los nuevos títulos y planes de estudio para docentes no universitarios. Los futuros maestros de infantil y primaria cursarán un grado de cuatro años. Los de secundaria deberán añadir al título de grado un máster específico de un año de formación, sobre todo práctica.