Los modelos de cálculo meteorológicos, impresionantes programas informáticos que analizan millones de variables por segundo, dieron los primeros avisos a mediados de mes: se acercaba un frente muy intenso y frío. Por una borrasca en el Adriático y un potente anticiclón anclado en las islas británicas, la situación recordaba la incursión siberiana de enero de 1985, la más fría de las últimas dos décadas, y también la más reciente de diciembre del 2001, que colapsó Cataluña con sus nevadas. Discrepaban ligeramente en la trayectoria e incluso se especulaba con la llegada de dos frentes consecutivos, pero en líneas generales los modelos coincidían, algo poco frecuente para situaciones a largo plazo. En una semana o poco más, según pronosticaban, la isoterma --10 cubriría toda España a unos 1.500 metros de altura. Quizá se alcanzaría la --20 en el noreste. La lejanía, no obstante, invitaba a la prudencia. ¿Se igualarían los registros de 1985 y 1991? ¿Afectaría al Mediterráneo o al Cantábrico? ¿Nevaría o únicamente traería frío? Estos son los resultados.

Las temperaturas han sido realmente frías, pero sólo en el caso de Andalucía y en la costa levantina han alcanzado valores excepcionales. No ha habido récords absolutos por la sencilla razón de que los tradicionales polos del frío peninsulares --Pirineo y Sistema Ibérico-- se han comportado de forma discreta: salvo excepciones, se han acercado a las marcas del 2001, pero no las han superado.

En Molina de Aragón, Calamocha, Teruel y otras localidades del Sistema Ibérico famosas por los rigores del invierno ha pasado lo mismo que en el Pirineo: han rebasado los --14 , pero en contaban con marcas históricas por debajo de --20 , incluyendo el 2001. En cuanto a capitales, el récord español de siempre sigue en poder de Albacete, con --24,5 (1971). Las temperaturas más inusuales correspondieron a Andalucía y el litoral mediterráneo. Córdoba batió el viernes con --8,2 y lo mismo pasó en Huelva (--3,2 ) y Cádiz (+1 ). Y se quedaron a pocas décimas Jaén (--8 ) y Almería (+1,6 ). Prueba de los rigores del frío fueron los --9,1 de Ecija (Sevilla).