El Ministerio de Sanidad recibió ayer la alerta internacional lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la que confirma un nuevo brote en el corazón de Africa de la fiebre hemorrágica más letal entre las que afectan al ser humano, la que causa el virus del ébola. En los últimos cinco meses, han muerto como mínimo 170 personas en la República Democrática del Congo y la vigilancia es extrema en Angola y la República Surafricana.

El altísimo índice de mortalidad del virus, que acaba en pocos días con la vida de hasta un 90% de los infectados, y el hecho de que su portador y transmisor sea un animal con escasa movilidad (se sospecha de un murciélago local), explican que el ébola no haya viajado aún fuera del perímetro geográfico en el que fue detectado por primera vez.

El largo periodo de incubación, que oscila entre los dos y los 22 días, y la movilidad viajera actual explican la alerta internacional sobre un virus de fácil contagio y cruel evolución. El ébola se transmite a través de la saliva, la sangre, la orina, el sudor y las relaciones sexuales y sus síntomas iniciales se diferencian poco de un trancazo gripal: fiebre, dolor en las articulaciones y dificultad al tragar.

PROCESO FULMINANTE En apenas tres días, el cuerpo se cubre de manchas oscuras y muy pronto las hemorragias brotan de los ojos, los oídos y órganos internos. Los pulmones, el hígado y los riñones dejan de funcionar y el enfermo muere, con enorme sufrimiento, 10 días después.

Las epidemias humanas del ébola han sido autolimitadas hasta ahora por la enorme letalidad del virus, pero la cifra de muertos sube --afirmó ayer Antoni Trilla, responsable de control epidemiológico en el Clínic de Barcelona--. Si se diera el caso de tener que repatriar a algún viajero o cooperante de quien se sospechara que está infectado, se necesitarían salas de aislamiento especial, con doble puerta, filtrado de aire y alta protección del personal".

La investigación de este virus se asume en laboratorios de alta seguridad, de los que en España solo existe uno --en Algete (Madrid)-- que utiliza el Ministerio de Agricultura. Esto explica lo poco estudiado que está este poderoso agente infeccioso y justifica que la confirmación de los brotes siempre proceda del Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de Altanta (EEUU), referencia mundial en el estudio de unos virus que, manipulados con fines destructivos, podrían convertirse en un arma biológica inigualable.

El brote confirmado en el Congo está circunscrito, de nuevo, al centro de Africa, como todos los detectados en la historia de este virus. El episodio inicial surgió en 1976 en Yambuku (Zaire).