No se ha acabado". El doctor Donald Low, jefe de Microbiología del hospital Mount Sinai de Toronto, confimó ayer el rebrote del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS) en la ciudad canadiense, una reaparición del virus que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a incluir de nuevo a la capital de Ontario en la lista de zonas afectadas de la que la había sacado el pasado 14 de mayo.

La OMS no ha reimplantado la recomendación de no viajar a Toronto, pero el viernes sí lo hizo el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU, lo que puso en evidencia las dificultades de la ciudad canadiense para controlar el virus y alimentó otra vez el temor a sus repercusiones económicas.

El rebrote es irrefutable y esta vez no ha habido quejas de las autoridades por la decisión de la OMS. El domingo se confirmaron tres nuevas muertes, con lo que son ya 27 los fallecidos en la provincia de Ontario, la única zona con muertos fuera de Asia. Hay 26 casos sospechosos y ayer 822 personas estaban cuarentena.

Los nuevos casos suponen un mazazo al sistema de contención del virus. El rebrote comenzó el 19 abril en el hospital North York, donde la infección de un hombre de 96 años pasó desapercibida al ser confundida con una neumonía postoperatoria.

El hombre --del que no se sabe cómo ni dónde se contagió-- murió el 1 de mayo, pero antes contagió a una mujer que fue trasladada al hospital Saint Johns el 28 de abril. Como no se había identificado el virus en el primer paciente, la mujer no fue aislada y lo extendió entre empleados y pacientes. "Los pacientes en los hospitales están seguros fuera de las unidades de SARS, pero este ejemplo demuestra que hay una excepción a la regla", reconoció Low. Ahora, los dos centros médicos están cerrados y otros dos han clausurado unidades.