El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, admitió ayer que su preocupación es el contagio entre personas que no han estado en China, una «chispa» que, según indicó, los países deben de contener antes de que se produzca un «incendio». En estos términos se refirió en la rueda de prensa que se celebra a diario en Ginebra, en referencia a los últimos casos de transmisión a personas sin historial de coronavirus ni viajes a China, como algunos de los detectados en Reino Unido, Francia y España.

«La detección de este pequeño número de casos podría ser la chispa que se convierte en un incendio mayor. Pero por ahora, es solo una chispa. Nuestro objetivo sigue siendo la contención», dijo, al tiempo que recordó que esto también va a depender de la capacidad de detección de los casos cada vez más rápido.

La OMS ha convocado para hoy y mañana a expertos de todo el mundo para que participen en un foro global de investigación encaminado a identificar las prioridades y coordinar el esfuerzo internacional de los muchos equipos de investigadores que están trabajando con el coronavirus. El objetivo, dijo Ghebreyesus, es responder a algunas preguntas que inquietan a toda la comunidad internacional. «¿A dónde va el brote? ¿Está mejorando, está empeorando? Estamos haciendo varias cosas para tratar de responder a todas esas cuestiones», señaló el director de la OMS que sobre todo espera que consiga «trazar» un camino.

Ghebreyesus pidió también a la comunidad internacional que no politice la lucha contra el coronavirus, un «enemigo común de toda la humanidad» al que «solo será posible vencer unidos y trabajando juntos». Lamentó que algunas voces hayan intentado politizar interesadamente la reunión de hoy, cuando «es algo que hay que evitar porque los científicos deben centrarse en la ciencia».