El hombre que mató de una paliza a un guardia civil fuera de servicio cuando celebraba el día de Año Nuevo de 2009 en una discoteca de Irún fue condenado ayer a once años de cárcel por la Audiencia de Guipúzcoa, después de que el pasado 16 de marzo un jurado lo declarara culpable de homicidio.

La sentencia del caso, a la que ha tenido acceso Efe, asegura que este crimen fue "especialmente reprobable" porque el acusado conocía desde que era niño a su víctima, quien además le había tratado de forma "afable" en el pasado.

El documento judicial se refiere así a las declaraciones que ofrecieron durante el juicio la viuda y un compañero guardia civil del fallecido, quienes aseguraron que la víctima solía dar dinero a su asesino cuando éste era niño para que comprara chucherías, un bocadillo o para que tomara un Cola Cao , pues el menor "siempre estaba solo" y le caía "bien".

Durante la vista por estos hechos, la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por la familia del fallecido, solicitaron catorce años para el imputado, mientras que la defensa reclamó entre tres y cuatro.