Encontrar una respuesta a largo plazo. Este es el objetivo que, según Peter Piot, director de Onusida, debe centrar de aquí en adelante los esfuerzos de la lucha contra el sida, la mortal epidemia que ya se ha cobrado la vida de 25 millones de personas en el mundo. "Hemos entrado en una nueva fase. Debemos pasar de una situación de gestión de crisis a una respuesta que nos sirva a largo plazo. Hay 1,5 millones de infectados recibiendo tratamiento con antirretrovirales en los países en desarrollo y creemos que vivirán todavía 20, 30 o 40 años más. ¿Quién va a pagar estas terapias", se preguntó.

El belga Piot recordó que los antirretrovirales frenan el virus del VIH pero no lo eliminan, así que, ante la ausencia de un remedio, los enfermos están condenados a seguir tratándose toda su vida. El responsable de la agencia de la ONU que coordina la lucha contra la pandemia participa en la XVI Conferencia Internacional sobre el Sida inaugurada ayer en Toronto, en la que participan 20.000 expertos.

Allí advirtió que esta guerra durará muchos más decenios. Así que ni gobiernos, ni donantes ni activistas pueden dejarse llevar por los avances obtenidos en los últimos 25 años, desde que se detectaron los primeros casos en Estados Unidos.