Las organizaciones internacionales certificaron ayer el fiasco humanitario del pretendido rescate de niños de Chad. El Comité Internacional de la Cruz Roja y las Naciones Unidas concluyeron ayer que 91 de los 103 niños que la oenegé Arca de Zoë quería evacuar a Francia alegando que eran huérfanos refugiados del conflicto de Darfur tienen al menos un familiar. Los niños, según ambos colectivos, proceden de localidades chadianas de la frontera con Sudán.

Los nueve franceses --tres periodistas-- de la expedición y los siete tripulantes españoles del avión fletado por la compañía catalana Girget fueron detenidos hace una semana en Abéché acusados de trafico ilegal de menores. El juez ha considerado responsables del delito y de estafa a los franceses y de complicidad y estafa a los españoles.

Según un comunicado difundido en Ginebra por la Cruz Roja y la ONU, "91 niños se han referido a una situación familiar constituida al menos por una persona adulta que consideran como pariente". Ambos organismos asisten a los menores, acogidos en un orfanato, para intentar "reconstruir la historia y la identidad" de los pequeños. Aunque no se ha obtenido información muy concreta, sí se ha podido certificar que 85 proceden de pueblos de las zonas de Adré y Tiné, en el Chad, cerca de la frontera con Sudán.

SIN PROBLEMAS DE SALUD En colaboración con las autoridades de Chad, Unicef se ocupa de alimentar, vestir y cuidar a los 103 niños, cuyo estado de salud no es preocupante, en contra de de la información de la oenegé, que aseguraba que los niños estaban enfermos. Unas 300 familias francesas pagaron al Arca de Zoë entre 2.800 y 6.000 euros para acoger a uno de los niños. En algún momento, la organización humanitaria les habló de la posibilidad de adopción.

En Francia se ha abierto un debate sobre la responsabilidad de algunos líderes políticos y de opinión en la acción de algunas organizaciones humanitarias que actúan de forma exaltada. Hace unos meses, poco antes de tomar posesión del cargo, el ministro de Exteriores, Bernard Kuschner, fundador de Médicos sin Fronteras, había incitado a las organizaciones humanitarias a actuar ante el "genocidio" de Darfur. "Seamos más fuertes que los obstáculos", había dicho. Estos días su silencio resulta clamoroso. En la misma línea se había pronunciado el popular filósofo Bernard-Henri Lévy.

Varias organizaciones humanitarias critican que se haya alentado a actuar a oenegés sin conocimiento de la zona. Se calcula que hay unos 13.000 cooperantes en esta peligrosa área fronteriza con el Chad, donde el conflicto de Darfur se mezcla con luchas entre la guerrilla y el ejército chadiano.