Apenas cinco días después de que un juez de Ceuta ordenara la clausura de 107 autoescuelas en España por un presunto fraude en los exámenes teóricos del carnet de conducir, todos los centros pudieron reabrir ayer tras recibir un auto del mismo juzgado. La noticia causó satisfacción, pero no silenció el malestar reinante entre el sector, que acusa al juez, a la Guardia Civil y a algunos responsables políticos de haberse excedido y no haber respetado la presunción de inocencia.

Una vez levantado el secreto de sumario, algunos de los afectados han comprobado que las únicas pruebas que había contra ellos era el haber adquirido, por internet y con factura, un programa informático para practicar.