Un oso polar del zoológico de San Luis, en Misuri (EEUU) ha protagonizado un pavoroso momento que está dando la vuelta al mundo. Una familia pasaba el día en sus instalaciones y acercaron a su bebé de pocos meses al cristal del acuario donde vive el animal.

Al mover su manita el niño y llamar la atención del oso, este se gira hacia él, se sumerge en el agua y abre sus fauces tratando de engullir al pequeño. Sus enormes colmillos chocan contra el cristal, evidentemente, y al niño no le sucede nada. Aún así, el oso trata de coger a sus presa varias veces, para mayor susto del bebito que, al final, busca los brazos de su madre asustado por la experiencia.