«¿Estará buscando Renfe nuevos pasajeros para el tren extremeño?», se preguntaba una vecina de Villanueva de la Serena, Toni Ángeles Martín, en la estación ferroviaria de esta localidad pacense. Eran las siete de la tarde de ayer viernes y acababa de ver entrar a una oveja a la sala donde están las taquillas y esperan los viajeros de la estación de tren. Sí, era una oveja. «Como si de un viajero más se tratara, ella entró en la sala para sorpresa de los presentes», explica. «No nos lo podíamos creer, todos los que estábamos allí nos quedamos sorprendidos aunque al principio fue sobre todo preocupación por que el animal pudiera acceder a las vías y provocar algún problema porque había gente esperando a que llegara el tren», comenta.

Entre los pasajeros y curiosos cerraron las puertas de la sala de espera al animal para evitar que pasara de allí y avisaron a la policía local. Los agentes se personaron en el lugar y rápidamente, gracias al número identificativo que figura en el crotal del animal, pudieron localizar al pastor que había perdido aquella oveja y acudió con premura a su búsqueda para devolverla al rebaño. «Estaba totalmente desorientada pero tranquila». En su tour de varios minutos por la estación villanovense, el animal llegó incluso a meterse en los aseos de la sala.

Al parecer la oveja se despistó de su rebaño que pastaba en una zona cercana al recinto, situada a las afueras de la localidad, y se presentó en la estación.

Una vez bajo control, la rocambolesca escena lógicamente corrió como la pólvora por las redes sociales y comenzaron las bromas. «Estará esperando a que llegue el tren», decía uno. «¿Y qué pasa, que no tiene derecho la oveja a montar en tren? Seguro que no le han dado ni opción a sacar el billete, cuanta discriminación», opinaba otra. «Es lo que le faltaba ya al tren extremeño», comentaba otro. Y es que, en ocasiones, las mil y una historias del ferrocarril de Extremadura no van solo de averías, retrasos, mecánicos o sabotajes... a veces ocurren finales mucho más felices.